lunes, 4 de mayo de 2009

"Oigo, patria, tu aflicción"

Así comienza ¡Dos de Mayo! Elegía heroica, de Bernardo López García, que de niño me sabía de memoria y, si lo intento, todavía podría recitar estrofas enteras. Este poeta nacido en Jaén y muerto con poco más de 30 años en 1870 alcanzó fama y popularidad grandes con estos versos, que estaban entre los escogidos para los libros de lectura en los colegios de mi infancia, cuando se nos enseñaba a memorizar para que no se no se nos olvidaran las cosas y para ejercitar la retentiva de los que leíamos y estudiábamos. Era un esfuerzo algo latoso, pero hoy no puedo menos de agradecerlo. López García se fue a vivir a Madrid y se apuntó a la fallida Revolución de 1868, llamada La Gloriosa, que pasó sin pena ni gloria hasta quedar en nada, y volvió a Andalucía para propagar las ideas democráticas en su tierra. Hoy es un olvidado, quizá justamente, aunque su elegía al Dos de Mayo se suele incluir en las antologías de la poesía romántica y posromántica.

Me gusta traer aquí las fechas destacadas de la Historia de España de las que se hace olvido intencionado. Se ha hecho un silencio sonoro desde que hace un año se conmemoró el II Centenario del levantamiento contra los franceses. La guerra duró hasta 1814, así que hasta el 2014 hay muchos episodios y personajes que recordar. No estaría de más volver a la historia que de esta guerra escribió el conde de Toreno, que aún goza de buena fama y nunca dejó de publicarse. No se hará porque los historiadores fiables creen que la Guerra de la Independencia consolidó el ideal de nación española que se venía formando desde la Edad Media con la unión de reinos, y esto a las 17 regiones autónomas con ínfulas de naciones les cae mal. Todas ellas participaron en la guerra, unas más y otras menos, pero en particular las que tenían fronteras con Francia, donde hoy malviven algunos de los nacionalismos más beligerantes y embusteros.

Para los exaltados vascos y catalanes, dos notables minorías, la guerra la hicieron "ellos, los españoles, y fue una contienda de ellos". Sabemos que no es así y que el carlismo tuvo mucho que hacer en la guerra y en la gestación de los nacionalismos legendarios del siglo XIX. Cuesta trabajo creer que haya habido una confabulación de historiadores para contarnos, todos a una, las cosas al revés. La Historia se puede manipular hasta cierto punto sin parecer increíble, pero las escuelas de historiadores modernos no van por ese camino, ni siquiera el análisis marxista, muy hábil para contar el pasado y torpe como acémila cuando se trata del futuro. Al recordar la elegía de López García y repasar algunas páginas de Toreno, me han venido a la memoria unas palabras de Cánovas del Castillo: "Españoles somos todos; hay una sola cuestión que puede unirnos: la cuestión de España, si por desgracia estuviera amenazada nuestra integridad nacional, o nuestra independencia."

Francisco Bejarano|Diario de Jerez

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