jueves, 23 de septiembre de 2010

La Iglesia en la política, hoy

de 

Este artículo apareció en The Christian Century, (13 de diciembre 2005, pp.28-32.). Se trata de una entrevista a W. Cavanaugh en la que se tocan temas muy diversos en torno al papel político de la Iglesia.


.- Usted ha sugerido que los cristianos deberían recurrir a sus prácticas litúrgicas propias al considerar sus compromisos en el terreno de la política. ¿Qué tiene en mente?


Hace poco me pidieron que diera una charla sobre "el significado social de la Eucaristía", y lo primero que dije fue: "Deben prometerme que si les digo lo que es el significado social de la Eucaristía, no dejarán de ir a Misa”. En otras palabras, la liturgia no puede reducirse a un significado. Si se pudiera, ¿por qué seguir yendo a la iglesia una vez que has entendido el significado? ¿Cuántos recordatorios necesitamos? Sólo aquellos que son realmente torpes tendrían que ir todos los domingos.
Este es a menudo nuestro enfoque de la liturgia y la vida social: tratamos de "leer" la liturgia buscando símbolos y significados que podemos entresacar y aplicar en el “mundo real" - la ofrenda significa que debemos dar de nuestra riqueza, el beso de la la paz significa que debemos buscar la paz en las relaciones internacionales, y así sucesivamente. Esto está bien, pero no va en la dirección de tomar la liturgia como una acción que forma un cuerpo, el Cuerpo de Cristo.
Henri de Lubac, dice, "La Eucaristía hace la Iglesia", y la Iglesia es más que un simple club para cristianos. La iglesia es un espacio social por derecho propio, una representación de la política de Jesús. Esto no quiere decir que la iglesia debería ser un partido político o interponer políticas partidistas en la liturgia. Esto significa que la iglesia debe ayudar a crear - en colaboración con los no cristianos también - espacios de paz, caridad, e intercambio económico justo.
Creo que Voces en el desierto o las comunidades económicas del Movimiento de los Focolares son buenos ejemplos de la política de Jesús. Lejos de constituir una huida sectaria o quietista del mundo, estos movimientos son efectivos produciendo el cambio - más que los movimientos que piden al estado paz y justicia.

.- Una de las asunciones de la política secular moderna es que el Estado debe ser “laico” y la religión algo “privado”, para que no volvamos a las guerras de religión que devastaron Europa en el s.XVI, ¿hay algo erróneo en ese supuesto?.


Yo no creo que haya ninguna razón para querer restablecer el poder político de las iglesias, si por éste se entiende el poder coercitivo. Hay, sin embargo, una buena razón para cuestionar el mito del Estado laico como pacificador. Las llamadas guerras de religión no opusieron una religión contra otra, como católicos contra protestantes. Se pueden describir con más exactitud como guerras entre diferentes órdenes “teopolíticos”. Esto explica por qué, por ejemplo, católicos murieron a manos de católicos. En la segunda mitad de la Guerra de los Treinta Años, participaron los Habsburgo en lucha contra los Borbones - dos dinastías Católicas luchando entre sí.
Obviamente, la iglesia no era inocente por el derramamiento de sangre, enredada como estuvo por el poder coercitivo. Pero tampoco fue el Estado moderno un espectador inocente. Todo el aparato del Estado se puso en pié para posibilitar a los príncipes hacer la guerra con mayor eficacia. Como Charles Tilly ha escrito, "la guerra hizo al Estado, y el Estado hizo la guerra". El Estado-nación moderno se basa en la violencia. Si la Iglesia va a resistir a la violencia, tiene que salir de su privatización y tener una voz política, que no busca recuperar el poder del Estado, sino a hablar con la verdad al respecto. Los cristianos pueden expiar su complicidad con la violencia en el pasado negándose a ser cómplices de la violencia estatal ahora.


.- Las personas que temen una alineación de la religión y el estado a menudo apuntan a los regímenes musulmanes de estilo talibán como un ejemplo del peligro. ¿Es una preocupación legítima?


Obviamente, yo no soy un fan de los talibanes. Deberíamos estar preocupados por cualquier régimen que abuse de las personas. Me inquieta, sin embargo, la forma en que el gran mito de la violencia religiosa sirve para justificar ciertos tipos de violencia: "Aquellas personas son locos fanáticos religiosos; su violencia es irracional, absolutista y disolvente. Vivimos en un estado democrático, laico; nuestra violencia es racional, modesta y concentradora. No han aprendido la lección que nosotros si hemos aprendido: la religión debe mantenerse fuera de la esfera pública. Así que tenemos que ayudarles por medio del bombardeo, dentro de una más elevada racionalidad". Esta forma de pensar es, creo, uno de los sobrentendidos  de la guerra de Irak y de gran parte del discurso público sobre el terrorismo. Tanto los republicanos como los demócratas lo asumen.
Este mito nos ayuda a pensar que somos la nación más amante de la paz en la tierra, al mismo tiempo que nuestro presupuesto militar es superior al de todas las demás naciones juntas. Nuestra violencia no cuenta como tal violencia, porque estamos tratando de difundir la democracia, la racionalidad y la paz. Las guerras llevadas a cabo por fuerzas de los EE.UU. o satélites – que han dado como resultado la muerta de 50.000 civiles iraquíes, 2 millones de vietnamitas, o 200.000 campesinos guatemaltecos - no hacen mella en nuestra propia imagen, siempre y cuando hagamos de la "violencia religiosa" el coco. Creo que debemos denunciar todo tipo de violencia, ya sean religiosos ya sean seculares.


.- Usted ha estudiado las respuestas de la Iglesia al régimen político represivo del General Pinochet en Chile. ¿Tiene alguna idea sobre si las iglesias deberían afrontar activamente el poder político o trabajar tras el escenario, como los obispos católicos de Chile en gran parte decidieron hacer?


Sería presuntuoso por mi parte decir lo que deberían haber hecho. En mi libro sobre Chile, yo estaba tratando de mostrar ejemplos de lo que se hacía en realidad, tanto por los obispos como por la iglesia de base, para romper el control del estado sobre la imaginación de la gente. La gente en la iglesia se dió cuenta - algunos más rápido que otros – de que instar al Estado a hacer justicia es a veces un ejercicio inútil. La iglesia no puede basarse en el estado para hacer justicia. La iglesia debe tomarse a si misma en serio como un tipo de cuerpo (organismo) público, el cuerpo de Cristo, que crea espacios de justicia y paz en el mundo. Con frecuencia debe hacerlo resistiendo a la nación-estado. En Chile, algunos obispos excomulgaron a los responsables de las torturas, y la iglesia de base ayudó a las víctimas del régimen y llevaron a cabo actos de desobediencia civil. El cambio no llegó tranquilamente,como generalmente ocurre.


.- La tortura fue practicada por el gobierno en Chile bajo Pinochet. Ahora la tortura es algo que el gobierno de los EE.UU. parece perdonar. ¿Las iglesias en Estados Unidos tienen algo que aprender de la experiencia de Chile de la utilización de la tortura?


El Presidente Bush está amenazando con vetar un proyecto de ley por primera vez en sus cinco años en el cargo, y su objetivo es la enmienda del senador John McCain para prohibir la tortura por agentes de EE.UU.. Una de las cosas que podemos aprender de Chile es no sorprenderse demasiado por esto. Se suponía que Chile iba a ser excepcional: tenía la tradición más larga de democracia en América Latina, y todo el mundo pensaba que el golpe militar sería breve y relativamente benigno. América también se supone que debe ser excepcional, un faro de libertad para el mundo.
La excepcionalidad funciona en ambos sentidos: porque a Estados Unidos se le considera excepcional, es también considerado por muchos como por encima de la ley y en condiciones de aplicar medidas excepcionales. Cuando una nación se convierte en un fin en sí mismo - Estados Unidos es la "nación indispensable", dijo Madeleine Albright - se recurrirá a los mecanismos que resulten necesarios para proteger sus intereses vitales, que se supone que son los intereses de todos.
La otra cosa que podemos aprender de Chile es que la iglesia debe hacer algo más que depender del Estado para hacer justicia. Las iglesias deben dejar claro que los cristianos deben negarse a participar en el tratamiento injusto de los detenidos. Por otra parte, las iglesias no deben someterse a la decisión del presidente sobre lo que constituye una guerra justa y lo que no. Si la iglesia decide que una guerra es injusta, los cristianos deberían negarse a luchar en ella. Creo que esta es la cuestión más crucial que enfrenta la iglesia en América hoy. Si la teoría de la guerra justa significa algo, la Iglesia no debe abdicar de sus decisiones sobre la justicia de la guerra frente al estado.


.- Usted ha escrito sobre el compromiso cristiano con la industria del entretenimiento, específicamente con la organización Disney. Normalmente las dos opciones de los cristianos en esta área son buscar signos del Evangelio en el entretenimiento popular o huir a causa de su inmoralidad. ¿Cuál es su enfoque?


Yo no creo que tengamos que elegir entre la aprobación y rechazar el entretenimiento popular en su conjunto. Creo que podemos discernir lo bueno y lo malo en él.
Mi crítica de Disney no es tanto relativa al contenido de sus películas y otros medios de comunicación, aunque el contenido es ciertamente criticable. Mi interés en Disney se refiere a su poder absoluto. Disney es un ejemplo de la forma en que unas pocas corporaciones enormes tienen el poder de influir en los patrones de consumo y homogeneizar la cultura, a pesar de que el mercado es libre. Millones de padres están atrapados comprando todo lo que Disney saca, ya que cualquier otro niño en la escuela tiene productos del Rey León o cualquier otro tipo de productos similares.
¿Cómo termina por sentirse coaccionada la gente en un mercado libre? Teóricamente, en un mercado libre cada individuo es libre de elegir lo que él o ella considera como bueno. Pero en una cultura sin un sentido de lo que es objetivamente bueno, todo lo que queda es el poder. La voluntad no se mueve por la atracción hacia el bien, sino por el puro poder de marketing para mover la voluntad. El creciente poder de grandes corporaciones transnacionales produce una especie de libertad truncada.


.- Otra preocupación suya es la identidad de los colegios relacionados con la iglesia. ¿Cree usted que estas instituciones pueden mantener un firme compromiso con su fundamento teológico y también tener éxito en el competitivo mercado de la educación superior?


La gran ironía de la educación superior norteamericana es que en la búsqueda de la diversidad, escuelas y universidades han llegado a parecer más o menos lo mismo. Estoy muy a favor de buscar la diversidad racial, de género y de clase dentro de las universidades. Buscar la diversidad de la misión, sin embargo, produce colegios que no creen en nada en particular. La diversidad real significaría diversidad, no sólo dentro de los colegios, sino entre ellos. Si hay una universidad bautista, o metodista, o católica, no deben considerar la identidad como un pasivo. Todos nos enriquecemos en los lugares que son distintivamente Bautista, o católico, o metodista. Las escuelas relacionadas con la Iglesia prosperarán si son distintivas, si dan a los estudiantes una razón para elegir sobre las escuelas genéricas sin identidad particular.
Esto no quiere decir que deban ser aplicadas rígidas normas de ortodoxia dentro de las escuelas religiosas a todos. Pero debe haber suficiente acuerdo entre una parte significativa de los administradores, profesores y estudiantes de forma que pueda desarrollarse un diálogo coherente. Muchos estudiantes universitarios no toman en serio su educación porque los formamos en la ironía. Les ofrecemos un buffet de ensaladas de diferentes métodos intelectuales, las posiciones y visiones del mundo y les decimos que simplemente elijan lo que quieren - que en realidad no importa. Muchas universidades modernas son tan incoherentes intelectualmente que tienden a engendrar cinismo, y no vitalidad intelectual.

.- ¿Cómo empezaría usted para señalar esta incoherencia?


Creo que la contratación es la preocupación más acuciante. Muchas de las escuelas relacionadas con las iglesias han terminado con una gran proporción de profesores y administradores que actúan con indiferencia o sospecha frente a  la afiliación eclesial de su escuela. Todas las escuelas necesitan algunas personas “ajenas”; si yo estuviera enseñando en una universidad católica en la década de los ‘50, me gustaría disponer de unos pocos buenos marxistas para espolear un poco las cosas en la facultad. Pero el péndulo ha oscilado hacia otro lado. Ahora sería feliz con sólo unos pocos profesores en cada departamento, capaces de articular algún tipo de punto de vista católico sobre la psicología, por ejemplo, o la economía.
Este es un gran problema para los estudiantes. Sienten instintivamente que su educación debe integrarse a través de disciplinas. A los estudiantes no les gusta cuando se plantean interrogantes acerca del Génesis en su clase de biología y el profesor les trata como si fueran una ráfaga apenas audible. No quiero decir que las escuelas relacionadas con las iglesias deban contratar sólo a creacionistas, quiero decir que deberían contratar a personas empáticas e informadas sobre las diferentes maneras en que los cristianos integran la fe en Dios con los hallazgos de la ciencia.


.- En una cultura pluralista como la nuestra, los cristianos deben reflexionar frecuentemente sobre Juan 14:6 "Yo soy el camino, y la verdad, y la vida. Nadie viene al Padre sino por mí." ¿Cómo lo interpretamos?


Hay mucho que se puede decir acerca de este versículo. Lo primero que pienso es una cita de Santa Catalina de Siena: "Todo el camino al cielo es el cielo, porque Él dijo: Yo soy el camino". Catalina habla acerca de Cristo como el puente entre el cielo y la tierra, la divinidad y la humanidad . El puente entre el cielo y la tierra ya es el cielo, porque es Cristo.
Me encanta esta cita porque rompe la dicotomía entre medios y fines. La vida cristiana no es un medio para el cielo. La guerra no es un medio para la paz, la libertad no es un requisito previo para el seguimiento de Cristo. La vida cristiana va de practicar el cielo ahora, en la tierra, incluso si ello hace que te maten. No se trata de hacer nuestro camino hacia Cristo por un lejano eschaton; Cristo es el camino.


.- Si le pidieran que predicase sobre cualquier tema en las próximas semanas, ¿ qué texto elegiría y como lo exploraría?


Como el Adviento se acerca, creo que elegiría una de las grandes lecturas de Isaías que se encuentran en el Leccionario para el tiempo litúrgico. Estas son algunas de mis lecturas favoritas de todo el año. Plantean una hermosa visión de la nostalgia y la expectativa de una realidad transformada. Tal vez elegiría Isaías 11:1-9.
Woody Allen dice: "El león se acostará con el cordero, pero el cordero no dormirá mucho" Después de señalar que, de hecho, el cordero se junta con el lobo en Isaías, me gustaría explorar el comentario de Allen como un ejemplo de lo que se llama realismo. El realismo dice: "No sea ingenuo. En el mundo real, el cordero no tiene ninguna oportunidad frente al lobo. Cuando Dios cambia realmente la historia, entonces podemos relajarnos. Mientras tanto, tenemos que llevar un buen garrote".
En la lectura cristiana de Isaías, sin embargo, Dios ha actuado ya para redimir a la historia. La vara del tronco de Jesé ya ha brotado. El anhelo de Adviento se cumple en Navidad. La gente a veces malinterpreta el “todavía no" del Reino de Dios en el sentido de que Dios nos lo oculta. Pero Dios no ha ocultado nada. Dios nos ha dado al Hijo, el Camino. El "todavía no" se debe a que nosotros lo estamos retrasando. Continuamos como si nada hubiera sucedido, esperando que Dios haga realidad la visión de Isaías. Pero la buena noticia es que Dios ya ha actuado. Dios nos ha dado al Cristo, en quien la visión de Isaías de una realidad transformada se cumple.

miércoles, 22 de septiembre de 2010

Oportet Illum Regnare

de 

D. J.M. Iraburu viene dedicando los últimos posts de su blog en Infocatólica (Reforma o apostasía) al tema de el papel de los católicos en la vida política y la doctrina de la Iglesia al respecto. Toda la serie de posts es altamente recomendable, pero el de hoy se sale. No se lo pierdan:


Entresaco un párrafo de lo más significativo:

La realeza de Cristo es a un tiempo espiritual y temporalEl reino de Cristo es principalmente un reino espiritual de verdad y de amor, de justicia y salvación, de gracia y de paz. Cuando algunos judíos, entusiasmados por sus milagros, quisieron hacerle rey, no lo aceptó y se retiró al monte Él solo (Jn 6,15). Y a Pilatos le declara abiertamente: «mi reino no es de este mundo» (Jn 18,36). Ni Jesús, ni su reino, son de este mundo. Son «de arriba», son del cielo (15,19; 17,16).
Pero eso no significa que Cristo no tenga poder temporal, pues la voluntad de Dios ha de hacerse en la tierra como en el cielo. Ejercerá Cristo Rey su autoridad a través de los poderes políticos que se abran a su influjo, pues a Él le ha sido dado «todo poder en el cielo y en la tierra» (Mt 28,18). Él es «el Rey de los reyes», y todos los hombres, también los gobernantes, le deben obediencia. Por eso la misión principal de la Iglesia es difundir el Reino de Dios entre los hombres y las naciones; y no sólo en la intimidad de sus conciencias o de su vida familiar, sino también en todas sus instituciones sociales y políticas, económicas y culturales.
Cristo Rey y su Esposa iluminan, fortalecen y ayudan los poderes políticos secularesy en modo alguno disminuyen su actividad. Benedicto XVI, para superar los recelos y suspicacias de los laicistas, así lo advierte con toda claridad:
«El orden justo de la sociedad y del Estado es una tarea principal de la política. Un Estado que no se rigiera según la justicia se reduciría a una gran banda de ladrones… Pero ¿qué es la justicia?… La fe permite a la razón desempeñar del mejor modo su cometido y ver más claramente lo que le es propio. En este punto se sitúa la doctrina social católica: no pretende otorgar a la Iglesia un poder sobre el Estado. Tampoco quiere imponer a los que no comparten la fe sus propias perspectivas y modos de comportamiento. Desea simplemente contribuir a la purificación de la razón y aportar su propia ayuda para que lo que es justo, aquí y ahora, pueda ser reconocido y puesto también después en la práctica. La Iglesia no puede ni debe emprender por cuenta propia la empresa política de realizar la sociedad más justa posible. No puede ni debe sustituir al Estado. Pero tampoco puede ni debe quedarse al margen en la lucha por la justicia. Debe insertarse en ella a través de la argumentación racional y debe despertar las fuerzas espirituales… La sociedad justa no puede ser obra de la Iglesia, sino de la política… El deber inmediato de actuar en favor de un orden justo en la sociedad es más bien propio de los fieles laicos» (2005, enc. Deus caritas est, extractos 28-29).
Así las cosas, ante Cristo Rey sólo caben dos opciones, pues no es posible una neutralidad ambigua. O se le reconoce como Rey y Señor, o se rechaza su autoridad sobre los hombres. No hay más opciones. Los que no están con Él, están contra Él (Lc 15,23).

lunes, 20 de septiembre de 2010

Benedicto XVI y el Cardenal Newman

La visita de Benedicto XVI a Gran Bretaña en la coyuntura presente es la más incómoda que uno imaginarse pueda: a la hostilidad «antipapista» que ciertos sectores anglicanos profesan casi a modo de atávico signo de identidad, se suma la hostilidad desatada por las campañas difamatorias contra la Iglesia, a la que la propaganda anticatólica pretende presentar como una especie de secta de sórdidos pedófilos. Benedicto XVI, a quien no ha temblado el pulso a la hora de condenar y castigar a los sacerdotes infieles a su ministerio, tampoco se ha arredrado ante este cóctel explosivo de hostilidades, aunque podemos imaginarnos que en su fuero interno haya pasado en algún momento por las angustias de Getsemaní: «Pero no se haga mi voluntad, sino la tuya». Y obedeciendo esa voluntad ha viajado a Gran Bretaña, para presidir la ceremonia de beatificación del cardenal John Henry Newman (1801-1890), una de las personalidades más influyentes del pensamiento católico de los últimos siglos.

Que sea Benedicto XVI quien beatifique al cardenal Newman no es baladí. Ambos están hechos de la misma fibra: la de los maestros que enseñan no sólo mediante el pensamiento y la palabra, sino también mediante la propia vida, la de quienes tocan al corazón a la vez que iluminan la inteligencia. En diversas ocasiones, el Papa ha reconocido su deuda intelectual y vital con Newman, a quien leyó con gran aprovechamiento en sus años de estudio y cuya conversión al catolicismo siempre ha presentado como ejemplo de encuentro personal de Dios con el hombre. Newman, que en la juventud coqueteó con las tesis liberales, llegó a ordenarse como presbítero anglicano, antes de iniciar un gradual movimiento hacia el pensamiento católico y liderar el Movimiento de Oxford, que se rebeló contra el sometimiento de la iglesia de Inglaterra a una autoridad secularizada, reivindicando el legado de la Tradición. Tras diversos conflictos con las jerarquías anglicanas, Newman acabaría ingresando en la Iglesia católica en 1845 y ordenándose sacerdote dos años más tarde. Fueron muchos sus méritos en el ámbito académico y pastoral; pero fue, sobre todo, un escritor superdotado, de estilo límpido y vibrante, autor de una copiosísima obra —sermones, ensayos, novelas, etcétera—, entre la que se halla una autobiografía, Apologia Pro Vita Suaque, con permiso de San Agustín, puede considerarse el más hermoso testimonio literario jamás escrito sobre un proceso de conversión.

Los lectores curiosos podrán encontrar muchos títulos disponibles de Newman (mientras escribo estas líneas se anuncia la publicación, en El Buey Mudo, de sus Cuatro sermones sobre el Anticristo, de palpitante actualidad), en especial en la editorial Encuentro, que es la que más denodadamente se ha esforzado por divulgar la obra de este gran titán de la pluma; y les aseguro que nunca agradecerán suficientemente el tesoro de delicias (para el corazón y para la inteligencia) que Newman les tiene reservado. Leer a Newman es la mejor manera de entender y acompañar al Papa en esta visita a Gran Bretaña, tan erizada de hostilidades. Seguramente, Benedicto XVI tiene muy presentes aquellas palabras de San Agustín que Newman hace suyas en Apologia Pro Vita Sua: «Sean duros para con vosotros los que no saben por experiencia lo difícil que es distinguir el error de la verdad, y dar con el camino de la vida en medio de los engaños del mundo»

Juan Manuel de Prada|ABC

lunes, 6 de septiembre de 2010

El nuevo marco social

Tenemos que enfrentarnos a una nueva realidad social a la que nos han arrastrado los políticos del Sistema. Una nueva realidad hacia la que sin duda, nos han empujado todos los políticos, aunque quizás solo algunos lo hayan hecho de forma consciente, mientras que otros, solo por cobardía o por ignorancia. En todo caso, lo cierto es que el avance hacia esa nueva realidad social se ha mantenido de forma más o menos constante en todas las legislaturas y desde los albores del Sistema democrático liberal. 



La secularización, así como el desmantelamiento de los cuerpos intermedios de la sociedad, la ideología de género, la denominada cultura de la muerte, el relativismo y el “progresismo” en general, han producido los cambios éticos y sociales necesarios como para permitir que en la actualidad sea ya viable el advenimiento de la dictadura del Nuevo Orden Mundial, que se va abriendo camino en una sociedad que avanza claramente hacia la “Nueva Era”, por ellos deseada.


Ese Nuevo Orden desea una población mundial más reducida y controlable, para lo cual necesita reestructurar o erradicar, los principios morales y éticos que emanan directamente del Orden Natural y de nuestras raíces cristianas, para así erradicar resistencias y poder invertir definitivamente una larga serie de principios relacionados con el respeto a la vida, a la familia y a la libertad individual y social. 


Frente a ese cada vez más evidente Nuevo Orden Mundial y su intento de deshumanización de la realidad natural del hombre y de la familia, se encuentra como principal baluarte y casi único, la Iglesia Católica y quienes conscientemente formamos parte de ella.


En consecuencia y dada la imposibilidad de que la Iglesia se acomode a los deseos del NOM, inevitablemente vamos a asistir en las próximas décadas (o en sólo unos años) a una cada vez más contundente persecución de la Iglesia en todo el mundo, que será seguramente de índole económica, jurídica y hasta “ética” en Occidente (recuerden las recientes y desproporcionadas acusaciones de pederastia) y más directamente genocida en el resto del mundo. 


Por el contrario, actualmente los laicos que forman la Iglesia no suelen actuar en lo público reconociendo su propia identidad (de Iglesia), o cuanto menos, eso no es lo más habitual, por muy intensa que vivan su fe en lo privado, lo cual impide que la ciudadanía en general, perciba el hecho de que solamente la Iglesia se está oponiendo, de forma contundente, al avance de esa “Nueva Era” deshumanizadora. 


Ejemplos evidentes de lo expuesto en España, son nuestras principales plataformas sociales, el Foro Español de la Familia y HAZTEOIR, en las cuales y a pesar de definirse estrictamente como aconfesionales, prácticamente el 100% de sus dirigentes, de sus activistas, afiliados e incluso de sus simpatizantes, son católicos practicantes.


Esa negación de la confesionalidad en lo público, es consecuencia de equivocas estrategias emanadas de la herencia liberal demócrata. Se convenció desde el poder de que el hecho religioso era una opción personal, algo exclusivo de la esfera privada de las personas. Que la bondad de las personas no tenía nada que ver con sus creencias religiosas y que por tanto, era inmoral imponer el ideario cristiano a quienes no compartían nuestra fe, concluyendo incluso desde posiciones “católicas”,que el discurso político-social en una democracia debía de ser ajeno al hecho religioso, por aquello de “Dad al Cesar lo que es del Cesar y a Dios, lo que es de Dios” (o sea, al pueblo lo que es del pueblo y a Dios, lo que es de Dios).


Para la propagación de dicho error y para tranquilizar conciencias, los líderes cristiano demócratas del entonces incipiente Sistema, aseguraban que la sociedad estaba claramente edificada sobre los principios morales cristianos y que ello hacía prácticamente innecesaria y hasta contraproducente, la exteriorización pública de la fe, así como la defensa, desde la fe, de las necesidades ético-morales de la política, de la sociedad y de las leyes. Pero el Orden Natural que quizás se proponían ofrecer los políticos “católicos” del Sistema, obviando no ya a Cristo, si no incluso el mismo concepto de Dios creador, se ha demostrado cuanto menos anárquico y por ende, imposible:


Si no hay un Principio externo ante el que ordenar los valores sobre los que nos hemos de regir, sólo el bien del hombre y a la postre el propio, puede ser referente ante el que ordenar los conceptos morales personales.


Inicialmente, cuando una sociedad cristiana restringe a Dios a lo privado, puede perfectamente subsistir por su propia inercia, pero en la medida que la población vive durante décadas en una realidad políticamente cada vez más ajena a Dios, los mismos individuos que la forman van, en general, a olvidarse de actuar y de pensar como cristianos, demostrando la validez de aquel sabio refrán: “Vive como piensas, o terminarás pensando como vives”.


Una vez que la sociedad se ha habituado a ignorar a Dios, cada individuo tiende a suplantar esa ausencia con su propio yo y así llegamos al individualismo actual y a la disgregación social que padecemos, pues tarde o temprano ese individualismo desemboca en posiciones morales cada vez más nihilistas, que pervierten los principios morales hasta que el propio interés pasa a ser el motor de todos nuestros actos, supeditando el bien común y la justicia, a nuestra individual conveniencia. 


Un monstruoso ejemplo de lo expuesto lo tenemos en la sorprendentemente y extensa aceptación social del aborto y de la eutanasia, donde egoístamente y en contra de su condición natural, la madre, la familia y en general la sociedad entera, son capaces de asesinar al débil, para así aliviar la supuesta “carga” física, económica o simplemente psicológica del más fuerte.


Por ello hemos de prepararnos ante lo que inevitablemente van a intentar implantar: El “Nuevo Orden Mundial” y sus satánicas políticas de exterminios masivos, pues en sus mentes delirantes han concebido un mundo “sostenible”, al que van a imponer, “por bien de la humanidad y del futuro del planeta”, un cupo máximo de seres humanos, que reduciría la población mundial a una cuarta parte de su número actual.


¿Y quien sobrará? Evidentemente, no los defensores de este “Nuevo Orden”. Sobrarán los más débiles y quienes se opongan a sus proyectos genocidas y al nacimiento de esa “Nueva Era”.


Lo más sorprendente de todo es, que la gran masa social ya está preparada y dispuesta (también en España) a aceptar esta culminación deshumanizadora y genocida, fruto de 3 siglos de pensamiento liberal, revolucionario y anticristiano.


Citando a Donoso Cortés: "sólo en la eternidad, patria de los justos, puedes encontrar descanso; porque sólo allí no hay combate: no presumas, empero, que se abran para ti las puertas de la eternidad, si no muestras entonces las cicatrices que llevas; aquellas puertas no se abren sino para los que combatieron aquí los combates del Señor gloriosamente y para los que van, como el Señor, crucificados".


Efrén de Pablos


Hace 3 días: En su discurso en lengua italiana, el Pontífice habla del martirio: 
www.zenit.org/article-36248?l=spanish

Nueva Era, la Conspiración de Acuario: http://www.arbil.org/89nera.htm

El Padre Michel Schooyans, sobre el Nuevo Orden Mundial: http://www.vidahumana.org/vidafam/controldem/orden.html 

Iglesia y Nueva Era: http://es.catholic.net/comunicadorescatolicos/580/2024/articulo.php?id=29507 

René Guénon y Julius Evola: masonería, "new age" y neofascismo: http://www.arbil.org/(45)rene.htm 

La ONU, la Carta de la Tierra y la Nueva Era: http://www.arbil.org/(24)nage.htm 

New Age y los jóvenes: http://www.arbil.org/(70)nage.htm 


Web con profusa y muy seria documentación varia sobre la ONU y el Nuevo Orden Mundial: 

www.noticiasglobales.org/comunicaciones.asp

El NOM avanza desde la ONU, su agenda anti-familia: 

www.hispanidad.com/noticia.aspx?ID=137952

Juez Ferrín: Un católico español, perseguido por su fe: 

www.hispanidad.com/noticia.aspx?ID=137692

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Nota de la Secretaría Política de S.A.R. Don Sixto Enrique de Borbón ante la muerte de Carlos Hugo de Borbón Parma

Ha fallecido don Carlos Hugo de Borbón Parma. No es este el momento de recordar su nefanda defección, de tan trágicas consecuencias para la Causa de la legitimidad española. Que Dios misericordioso le haya perdonado.

S.A.R. Don Sixto Enrique de Borbón se encuentra naturalmente afectado por la muerte de su hermano Carlos Hugo, y ruega oraciones por su eterno descanso.

Don Sixto Enrique, Regente desde el fallecimiento de su padre el Rey Don Javier, ante la situación tan anómala y dolorosa que don Carlos Hugo creó, se condujo en todo momento con la prudencia pero también con la fortaleza que el caso requería. En diversas ocasiones, públicas unas, reservadas otras, ha recordado no sólo los fundamentos doctrinales del Carlismo, sino también los deberes de los miembros de la Dinastía. En particular, en una carta firmada en Trieste el 18 de julio de 2009, centenario de la muerte del Rey Carlos VII, requirió personalmente a sus sobrinos Don Carlos Javier y Don Jaime, hijos del finado, que declarasen si asumían los principios intangibles de la legitimidad española (recogidos en el Real Decreto promulgado por Don Alfonso Carlos el 23 de enero de 1936), u optaban por seguir los pasos de su padre.

En ese requerimiento, redactado con delicadeza y comprensión ante la dificultad que siempre supone desautorizar a un padre, les ofrecía que asumieran la plenitud de los derechos y obligaciones de la Dinastía Legítima, tras un período transitorio de formación bajo la supervisión de su tío. No es buena señal el silencio que ha seguido a tal comunicación, como tampoco lo es el matrimonio desigual anunciado por Don Carlos Javier, pues inhabilita a sus posibles descendientes para suceder en la Corona (Pragmática Sanción de Carlos III de 23 de marzo de 1776). Pero, en puridad, el ofrecimiento sigue abierto. Que Dios les ilumine y les consuele en estos graves momentos.

En Madrid, a 18 de agosto de 2010".

La transmisión hereditaria de la monarquía permite evitar la multitud de males y sobresaltos que la lucha por el poder produce en la sociedad. De ahí la necesidad de una ley que, sin dar pábulo a la intriga, señale de manera automática cuál de los descendientes o parientes del rey está llamado a sucederle. La ley vigente en España que determina la legitimidad de origen es de tipo semisálico y fue promulgada por Felipe V. De todos es conocido que, según ella, el sucesor de Fernando VII era su hermano Carlos V y no su hija Isabel. Ahora bien, por la ley común y muy antigua de las Partidas, cualquiera que levante las armas contra el rey legítimo es traidor y reo de muerte "et demás todos sus hijos que sean varones deben fincar por enfamados para siempre de manera que nunca pueden haber honra de caballería ni de otra dignidad, nin oficio, nin pueden heredar de parientes que hayan (…) et esta pena debe haber por la maldat que fizo su padre" (ley II, tít. II de la partida VII). Todo lo cual basta aplicarlo a Isabel, su hijo y todos sus descendientes para saber el trato que merecen y cuál es su derecho a la corona que detentan.

Pero, bajo la lucha dinástica, hay una dimensión mucho más profunda, que entronca con lo arriba señalado sobre el sentido de la monarquía tradicional. El rey no sólo carece de la capacidad de elegir sucesor a su antojo y de cambiar a su gusto las leyes sucesorias, sino que debe acatar los fundamentos inmutables de la legitimidad española que el Rey Don Alfonso Carlos I sintetizó. Su enunciado es el siguiente:

  1. "La Religión Católica, Apostólica y Romana con la unidad y consecuencias jurídicas con que fue servida y amada tradicionalmente en nuestros Reinos.
  2. La constitución natural y orgánica de los estados y cuerpos de la sociedad tradicional.
  3. La federación histórica de las distintas regiones y sus fueros y libertades. integrantes de la unidad patria española.
  4. La auténtica monarquía tradicional, legítima de origen y de ejercicio.
  5. Los principios y espíritu y, en cuanto sea prácticamente posible, el mismo estado de derecho y legislativo anterior al mal llamado derecho nuevo".

El monarca o sus herederos que no se atengan a ellos, por legítimos que sean en su origen, deja de serlo en el ejercicio y pierde por ello sus derechos a la corona. Los reyes de la dinastía usurpadora, si algún derecho hubieran tenido, lo habrían perdido cada uno de ellos por su decidido apoyo a las doctrinas liberales, que conculcan todos esos fundamentos. De igual manera, don Carlos Hugo, de indudable legitimidad de origen, como hijo que era del Rey Don Javier I, perdió la legitimidad de ejercicio por su socialismo, su democratismo y su defensa de la libertad de cultos.

Ahora bien, es de notar que la situación de don Carlos Hugo difiere grandemente de los miembros de la rama usurpadora, pues su falta contra el ejercicio del poder legítimo es personal y no afecta, en principio, a sus descendientes. En cambio, la traición inhabilita a toda la descendencia y --otro caso más que también interesa ahora-- los monarcas que hayan contraído un matrimonio desigual, no pierden ellos el derecho a la corona, pero sí sus descendientes.

De la misma manera que el poder monárquico es, según la concepción tradicional, un servicio al bien común de la sociedad, que poner su mira última en la salvación de sus miembros, así las leyes de la sucesión están sometidas a una legislación sabia y compleja, de la que no hemos visto más que unos retazos superficiales, en orden a que se comprenda la declaración de la Comunión Tradicionalista. Pero, para una mejor inteligencia de todo ello, es sumamente recomendable asistir al primer seminario de formación del Círculo Molle Lazo, donde tratará de la cuestión sucesoria el conocido especialista D. Luis Infante.


Programa de actividades para el curso 2010 - 2011

La Comunión Tradicionalista, a través de las organizaciones de que se compone (círculos de estudio, círculos regionales, juventudes, asociaciones estudiantiles etc.) tiene el gusto de daros a conocer las actividades que ya tiene programadas y los proyectos que, con la ayuda de Dios, pretende realizar durante el curso 2010-2011.

1.- SEMINARIOS DE FORMACIÓN EN EL CÍRCULO CULTURAL MOLLE LAZO:

Como ya es costumbre, el Círculo Molle Lazo seguirá ofreciendo los primeros sábados de cada mes un seminario que versa generalmente sobre temas de actualidad. Es de notar que, por razones de calendario, esta actividad podrá trasladarse a otro sábado, cosa que ya sucederá con la charla de diciembre, por causa del puente. Los seminarios empiezan por una exposición a cargo de algún especialista; sigue después un debate en que pueden intervenir todos los asistentes.

El horario se cambió a final del curso pasado, de modo que, en vez de por la mañana, las conferencias se darán la las 19 h. Se celebrarán en la Fundación Francisco Elías de Tejada (Madrid, C/. José Abascal, ant. General Sanjurjo, 38, bajo izquierda; Metro Alonso Cano, Gregorio Marañón, Iglesia). Las conferencias que de momento tenemos confirmadas son las que siguen:

  • 2 de octubre: "La sucesión a la Corona, hoy", dirigido por D. Luis Infante de Amorín.
  • 6 de noviembre: presentación en Madrid de Fuego y Raya, revista semestral hispanoamericana de historia y política, patrocinada por el Consejo de Estudios Hispánicos "Felipe II", editada en la Argentina, dirigida por El Prof. D. Juan Fernando Segovia y con El Prof. D. José Díaz Nieva como Secretario del consejo de redacción.
  • 11 de diciembre: mesa redonda sobre "La amenaza mahometana", dirigida por D. José Antonio Gallego.

2.- CELEBRACIONES

- Festividad de Cristo Rey

Celebraríamos, como todos los años, la cena en conmemoración de la festividad de Cristo Rey el sábado anterior al último domingo de octubre, tal como estableció S.S. Pío XI; por causa del puente, se adelanta una semana. Es decir, al día 23 de octubre. Esta vez cambiamos de restaurante, pues tendrá lugar a las 21 h. en "Paolo" que tiene entradas por C/. General Rodrigo nº 3 y Julián Romea nº 10, Madrid 28003. El precio del cubierto será de 35 euros y, para los jóvenes de 20 euros.

- Festividad de los Mártires de la Tradición

El día 10 de Marzo, festividad de los Mártires de la Tradición, establecida por el Rey D. Carlos VII, se celebrará su honor y sufragio la Santa Misa, según el rito de S. Pío V, en el lugar que oportunamente se indicará.


3.- MERCADILLO CARLISTA

Este año, por primera vez, vamos a realizar un mercadillo, o rastrillo, carlista, a ser posible, a finales del mes de noviembre. Se ofrecerán a la venta libros y recuerdos carlistas, así como objetos antiguos de diversa índole, lo cual, además de servir de ocasión para encontrarnos, esperamos que nos permita allegar fondos para nuestra causa, porque --sabido es-- los medios de que contamos son en extremo exiguos. En principio se hará una inauguración por la tarde del primer día y al final se subastarán los restos por vender.

Como es costumbre en esta clase de eventos, os rogamos a todos que hagáis recopilación de objetos carlistas que queráis donar a tal fin y también de cosas en buen estado que os parezcan adecuadas para la ocasión. Aunque trataremos de manteneros informados a lo largo de este periodo, contad con que, a principios de noviembre, os indicaremos cómo se nos pueden hacer llegar vuestras aportaciones.

4.- CONVIVENCIAS PARA JÓVENES

Hacia marzo, cuando hayan acabado los exámenes de febrero, repetiremos, D.m., las convivencias que hicimos en mayo de este año. Los miembros de las Juventudes Tradicionalistas y de la AET podrán participar en ellas y serán anunciadas con antelación suficiente.


5.- OTROS PROYECTOS PARA LA JUVENTUD

Tenemos la intención de realizar una serie de actividades encaminadas a la formación y a la acción política de los jóvenes. No sólo muchos de los chicos y muchachos que se interesan por el carlismo, sino bastantes de nuestros simpatizantes de más edad, carecen de una visión de conjunto de la doctrina carlista, de la cual sólo conocen los retazos que se acomodan a sus preocupaciones predominantes. De igual manera, por causa de las costumbres imperantes, desconocen el carácter vital del carlista y del requeté, su actitud profundamente caballeresca y esforzada, que tenemos el deber no sólo de cumplir, sino de transmitir. De ahí que tengamos el proyecto inmediato y preferente de realizar:

a) Un campamento para jóvenes y niños durante el verano
b) Un curso elemental de carlismo

Estos propósitos, así como todo lo que precede, en la medida en que os sintáis carlistas, o simplemente católicos y españoles a la manera tradicional, no podéis contemplarlos como esos programas de festejos, más o menos bañados de cultura, que ofrecen los ayuntamientos para justificar las subvenciones, que reciben a costa nuestra. Al contrario, sabiendo de nuestra enorme carencia de medios y de cualquier ayuda, tanto de los poderes oficiales como de entidades particulares, deberíais tomarlos como cosa propia y colaborar de cuantas maneras os fuera posible. Desde luego, asistiendo a los actos y reuniones, pero también afiliándoos a la Comunión Tradicionalista y ofreciendo vuestras ideas y trabajo. Porque los grandes acontecimientos históricos se ven venir, por oscuramente que sea, y el occidente cristiano, en completa decadencia especialmente en España, sólo puede esperar un aniquilamiento en breve plazo cuya única vía de escape está en la concepción católica y tradicional de la sociedad que, por desgracia, sólo es plenamente mantenida, en nuestro país, por la C.T.