Se me ha antojado escribir un poco y, tal vez sin demasiada rigurosidad, de uno de los hombres que es clave en la Historia de la lucha por las Españas Tradicionales. Esa raza de hombres, como decía Vázquez de Mella....Carlos de Borbón y Austria. Carlos VII. Si nos preguntan " ¿ alto, quién vive ? ", responderemos en alta voz: " Los voluntarios del Rey Don Carlos, vivan sus fueros y Religión..."
Carlos VII fue un hombre crucial en nuestra Historia, en nuestra pelea. Abanderado de la Tradición, supo recoger el testigo de su abuela, nuestra querida Princesa de Beira, aunando en su genio la católica realeza de Borbones, Austrias y Braganzas.
Carlos VII cabalgó desde el tradicionalismo primigenio, " tradicionalismo intuitivo " hasta la forja quizá definitiva con toda una maquinaria sociopolítica natural. Y sí, decimos " intuitivo " porque eso fue al principio el corazón de muchos nobles españoles ( Y recordemos que también hubo españoles americanos ) que ya contra Napoleón, en fervor popular, declararon la Santa Causa de la Religión, el Rey y la Patria. Decimos " intuitivo " luego en formas que se vieron en la Hispania Americana con Rosas o Yturbide, por poner ejemplos. Decimos " intuitivo " porque todavía había una viva sociedad católica cuyo combate era próximo y no había demasiado lugar para la " teorización ". Como decía nuestro entrañable Frederick Wilhelmsen, los carlistas, cuando no pelean, estudian....Por eso quizá a día de hoy nos podemos encontrar con tantos buenos estudios de carlismo, hechos por nuestros propios correligionarios, a pesar de seguir soportando tanta ignorante y barata propaganda.
Después de dos levantamientos más que legítimos, aínos de libertad hispánica frente a la tiranía impuesta de la minoría revolucionaria, Don Carlos recogió el testigo tras su atormentado padre. Todavía representaba el carlismo la viveza de un pueblo que resistíase a ser aniquilado, a pesar de los intentos de los oligarcas liberales y la falsa monarquía. Era el carlismo el sentir vivo del pueblo católico, de la España de siempre. Como lo sigue siendo, por más que fastidie a propios y extraños. D. Carlos, emulando al César de Habsburgo en Mülhberg, cumplió al deber y se puso al frente de unos soldados que lo reclamaban con entusiasmo como Rey Legítimo de las Españas. Resurgió Teruel como una de las cunas del carlismo; como resurgió todo Aragón para la Santa Causa. Y Álava, Vizcaya, Guipúzcoa, Navarra, Cataluña, Valencia, Castilla...Y tantas tierras de la Piel de Toro....Lo cual aleja ese " mito vasco-navarro folklórico " que tanto gustaba quizá en el franquismo. Fue D. Carlos el que como Señor de Vizcaya juró los fueros frente al árbol de Guernica cantado por Iparraguirre; como fue el que restableció los fueros para los pueblos de la Corona de Aragón.
El levantamiento fracasó, mas la Santa Causa se mantuvo viva. Fue D. Carlos el primer rey español en pisar tierras americanas. Fue él el que propuso una política real para Cuba, Puerto Rico y las Filipinas; proponiendo restaurar la tradición virreinal de lo que nos quedaba en el Ultramar y dar una autonomía real y responsable, y no se le hizo caso. Asimismo, también D. Carlos dejóse contaminar por el lenguaje de su época, hablando de la falsa " latinidad " que se inventaron los bonapartistas, o a nuestra América como " colonias ". ¿ Dejó quizá descuidado D. Carlos a su hijo, el futuro Jaime III ? Yo pienso que sí. A D. Jaime se le hizo la vida imposible y no sólo desde instancias revolucionarias ( Vetándole todos los matrimonios posibles ), por lo cual tuvo que desarrollar su vocación militar en la Rusia zarista, tras ser repudiado en Austria-Hungría. ¿ Hizo buen matrimonio D. Carlos con María Berta de Rohan ? Pues yo pienso que no. ¿ Podría haber trabajado más por la Causa después de la triste derrota ? Pues yo pienso que sí. ¿ Tuvo ciertas amistades peligrosas ? También pienso que sí; aunque uno muchas veces debería mirar eso también en lo suyo. Y como digo esto, reivindico el sentido profundo de D. Carlos al recordarnos la Hermandad Hispanoamericana, la hermandad con Portugal y nuestra Misión en la antigua Tingitana. Todas estas consideraciones, que igual huelen a cotilleos, no pretendo que sean tales; sino evitar quizá ese " endiosamiento " del que, sin embargo, reconocemos como uno de los Monarcas más representativos. D. Carlos se merece el título de Rey Político. Porque fue el que terminó de " modelar ", en unos tiempos más que difíciles, la política tradicionalista española desde la más arraigada base popular.
En este 175º Aniversario del Carlismo, que conjuntamente celebramos con la Guerra de la Independencia ( ¡ La misma Causa ! Agustina de Aragón, Zumalacárregui, Gómez, el Cura Merino....) nos conviene seguir estudiando y reivindicar nuestras raíces; sin que por ello nos quedemos sólo en eso, sino que como Carlos VII, nos pongamos al frente de las tropas, porque esto no ha hecho más que empezar y ahora más que nunca se nos necesita.
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