lunes, 28 de febrero de 2011

Confusión entre Partido y Comunión

Por lo acertado de la reflexión y su indudable interés, reproducimos el comentario de ManForAllSeasons realizado en el Foro Santo Tomás Moro el pasado 23 de febrero. Dice así:

Se me ha ocurrido una idea mientras leía el tema “Tengo una pregunta para el secretario general de la CTC” dirigido a don Javier Garisoain. Es bastante peregrina y sin duda en seguida será rebatida; no obstante, ahí va:

Las reticencias de CTC de reconocer a D. Sixto Enrique de Borbón (en calidad de Regente y probable futuro Rey) radican sobre todo en la confusión del brazo político del carlismo (la CTC) con la Comunión en sentido más amplio.

Me explico. Decía el usuario “capitan_valor” en el ya mencionado tema que “históricamente la CTC era una Comunión de ideales” en la que “se encuadraban el requeté, los círculos, las asociaciones estudiantiles como la AET, las margaritas, etc. etc. y también un partido político.”

Don Javier responde confirmándolo: “Nosotros siempre hemos dicho que el carlismo es algo más que un partido. Lo que sucede es que el estado de nuestra organización política allá por los años 80 era tan débil que desde los Congresos de la Unidad se prefirió trabajar preferentemente en el fortalecimiento de la CTC como núcleo político.[...] Por suerte o por desgracia la denominación de CTC está desde 1986 vinculada a la dirección política y electoral que es la CTC como partido.”

Teniendo esto en mente, pasemos a D. Sixto. Dice don Javier que "la inmensa mayoría de los carlistas, especialmente aquellos que le han conocido personalmente, no confían en él". Alguien le pregunta si esta razón no viene a ser una excusa encubierta para elegir al rey a dedillo, sobre todo para alguien que es monárquico. Don Javier contesta:
“Y tiene razón el opinante al decir que para un monárquico esa no es razón suficiente para rechazar o aceptar la legitimidad de nadie. Pero es que además y antes que eso he dicho también que quienes presentan a don Sixto no se sabe muy bien si lo hacen "en calidad de rey, de abanderado o de regente". Don Sixto es un hombre soltero, de edad avanzada, sin descendencia, enfrentado a su familia, y alejado políticamente de la mayoría de los carlistas. Es duro tener que decir esto, pero es la verdad. ¿Qué esperanza puede ofrecer a los españoles?”
A lo que yo opino:

La soltería, la edad avanzada, la falta de descendencia y el enfrentamiento con su familia son razones tan de “a dedillo” como la supuesta falta de confianza. El alejamiento político a la mayoría de los carlistas (sin entrar a valorar si es verdad o no) tampoco es en sí suficiente motivo, a menos que quede excluido por no acatar los principios de la legitimidad española según sintetizados por D. Alfonso Carlos I. En qué calidad se “presenta” a D. Sixto creo yo que no ofrece lugar a muchas dudas: ocupa la regencia de la Comunión (como hizo D. Javier I) mientras se intenta dilucidar (que no elegir) quién es rey; hasta que no se establezca definitivamente la exclusión de quienes le preceden por sangre en la línea de sucesión (los hijos de Carlos Hugo), D. Sixto no será el rey (como ocurrió a D. Javier I).

No obstante, parece ser que estas (un poco caprichosas) objeciones encubren una de mayor peso: “¿Qué esperanza puede ofrecer a los españoles?”. Es decir, no tiene juventud y descendencia que lo hagan atractivo a la opinión pública. Pues bien, la idea de que el rey tenga que ser idóneo para la opinión pública me parece que surge como consecuencia dela confusión entre el brazo político y la Comunión en su amplitud. Cuando el rey (sea quien sea) encabeza la Comunión amplia, nada impide que el brazo político se presente con líderes carismáticos que puedan con cierta autonomía discrepar con algunas opiniones personales del rey, aunque manteniendo la fidelidad. Esto ya ha ocurrido, sin especial detrimento para el carlismo.

Por otro lado, si el brazo político no reconoce al rey o regente, como ocurre con CTC, tendrá que encontrar sustituto a esa figura aglutinante en la “personalidad jurídica” del “partido”. Si ocurre esto, si una de las partes (el partido) se constituye en cabeza del todo (la Comunión), inevitablemente eclipsará a las demás partes de la Comunión en sentido social amplio. Mientras el brazo político siga predominando, la actuación del carlismo se centrará en aquello que tenga más sentido desde una perspectiva estrictamente política: a día de hoy, progresar electoralmente sin meterse en la escabrosa cuestión de “colocar a un pretendiente” -amenaza directa al poder constituido, por otra parte- me parece una buena política para conseguir resultados. Sin embargo, no puede ser la actuación íntegra del carlismo. Tiene que haber algo más.

La Comunión tiene una dimensión auténticamente social que la diferencia de las “asociaciones” y “juventudes” políticas que están subordinadas a los partidos oligárquicos del sistema. La Comunión amplia, por su naturaleza social diversa y difusa, no puede ser aglutinada salvo por la figura de un rey, o un “partido” con fuerte personalidad jurídica. El liderazgo de un rey (figura política por su naturaleza pero a la vez vivo recordatorio de que el carlismo no puede encajar como uno más en el sistema parlamentario) es la única manera perdurable, la única, de coordinar un plan de acción íntegro que equilibre lo político y lo social. Si se opta por el liderazgo de un partido se asegura el predominio del brazo político, que por lógicas razones de oportunidad política no reconocerá a un rey, aunque tenga ideas monárquicas. Cayendo, así, en un círculo vicioso que se retroalimenta y que a la larga acabará en un estancamiento en que el carlismo no tendrá:

A) Ni una Comunión a la que se subordine el brazo político, ni
B) Un Rey.

Es decir, condenación al posibilismo y división perpetua.

Que conste que no acuso a la CTC de posibilista, ni mucho menos: sólo sugiero que en el futuro puede ser una tentación que aceche. No me gustaría ofender a nadie, espero que se tome como lo que es: una crítica constructiva hecha desde el respeto y la profunda amistad, esperando suscitar reflexiones que, ya sean a favor o en contra de lo dicho, ayuden a mejorar la situación del carlismo hoy.

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Más adelante, ManForAllSeasons añade, para aclarar su postura acerca de la realidad jurídica de Don Sixto:

S.A.R. (Alteza por ser hijo de Rey) Don Sixto Enrique de Borbón es Regente. Es decir, desempeña las funciones de Rey mientras éste no pueda hacerlo. Es el hijo varón segundogénito de S.M.C. Don Javier I., y por tanto puede llegar a ser Rey si se determina definitivamente la exclusión (por falta de legitimidad de ejercicio) de la línea anterior: Carlos Hugo y sus hijos varones. Es Abanderado (dicho de quien lleva una bandera, título que no conlleva ningún derecho u obligación legal o institucional) de la Tradición, como también lo fué S.M.C. Don Carlos V cuando dijo: "y si hasta aquel momento habría sido traidor el que lo hubiese intentado, ahora será el que no jure mis banderas".

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Esta reflexión es probablemente la más acertada y completa que se ha realizado sobre la realidad que atraviesa el carlismo desde hace años. Esperamos que se abunde en ella para que de una vez por todas resurja la unidad en torno a la Comunión, la Tradición y la verdadera Monarquía.

viernes, 25 de febrero de 2011

Santa Misa por los Mártires de la Tradición

La Comunión Tradicionalista anima a asistir piadosamente a la Santa Misa en el día de los Mártires de la Tradición (10 de marzo) que se celebrará, D.m., en la céntrica Iglesia madrileña de San Manuel y San Benito (C/. Alcalá 83) a las 20:30 h.

Como sabéis, esa festividad fue establecida por S.M.C. Don Carlos VII en 1895 y, desde entonces, ha sido puntualmente celebrada por los carlistas, año tras año. Nada mejor que las palabras del propio Rey, para entender el sentido de esta celebración:

"¡Cuántos centenares de valerosos soldados he visto caer junto a mí, segados por las balas besando mi mano, como si en ella quisieran dejarme, en su último aliento, su último saludo a la Patria! (…)

Todos morían al grito de ¡Viva la Religión!, ¡viva España!, ¡viva el Rey!

Con la misma sagrada invocación en los labios ¡cuántos otros han entregado el alma a Dios, mártires incruentos en los hospitales, en la miseria; matados, aun más que por el hombre, por las humillaciones, y todo por no faltar a la fe jurada, por ser fieles al honor, por no doblar la rodilla ante la usurpación triunfante!

Nosotros, continuadores de su obra y herederos de las aspiraciones de todos ellos, tenemos el deber ineludible de honrar su memoria.

Con ese objeto propóngome que se instituya una fiesta nacional en honor de los mártires que, desde principio del s. XIX, han perecido a la sombra de la bandera de Dios, Patria y Rey, en los campos de batalla, en el destierro, en los calabozos y en los hospitales, y designo para celebrarla el día 10 de marzo de cada año, día en que se conmemora el aniversario de la muerte de mi abuelo Carlos V. (…)

En ella debemos procurar sufragios a las almas de los que nos han precedido en esta lucha secular, y honrar su memoria de todas las maneras imaginables".

Esto decía Carlos VII al instituir la fiesta hace 115 años. Con cuánta mayor razón lo diría hoy, tras el inmenso sacrificio que hicieron los requetés durante la Cruzada del 36. Sacrificio que condujo a la victoria y salvó a España del peligro marxista, pero se renovó de manera cruenta con los carlistas muertos a manos del terrorismo.

En esta sociedad desértica de toda virtud, sentimos los carlistas la zozobra de una soledad sin oasis; nuestro espíritu decae y se tambalea en su aislamiento. Nada tan reconfortante como unirnos en la oración por aquéllas masas de requetés y correligionarios que nos han precedido. Así recordaremos que, a pesar del transitorio abandono de quienes nos rodean en el espacio, estamos, a través del tiempo, enlazados con innumerables hombres de ejemplar virtud, cuyo esfuerzo nos ha transmitido la antorcha inmortal del carlismo. Nada más piadoso que rezar por el eterno descanso de sus almas y pedir la intercesión de todos los que estarán en la presencia del Padre, como, de seguro, lo está Antonio Molle Lazo.

Venid, pues, numerosos a orar por nuestros muertos. Porque vosotros, fieles a la fe jurada y dolientes por las humillaciones, serviréis de enlace con futuras generaciones de carlistas que, a su vez, os procurarán sufragios para vuestro eterno descanso.

miércoles, 23 de febrero de 2011

Los Principios no negociables: Dios, Patria y Rey

Desde que algunos católicos han ido a engrosar las filas doctrinarias, parte por su culpa y parte por la guerra innoble y la lluvia de denuestros de los que estaban interesados en alejarlos del campo tradicionalista,...la gran fuerza social y política llamada comunión católico-monárquica se ve asediada por los tiros de estas banderías, que con sus continuas algaradas y escaramuzas distraen sus fuerzas para que no las emplee en luchar con la Revolución asoladora, que todo lo avasalla, sirviéndole así de avanzada a fin de que en la hora suprema quede para las huestes liberales el campo de batalla.

Y aunque separados por el procedimiento, y haciéndose la guerra como errores opuestos que son, ponen término a sus querellas, y acallan sus odios cuando se trata del enemigo común, y, como si formasen un solo partido y profesasen una misma doctrina, gritan unánimes que ya es hora de acabar con las batallas chicas y de reñir los grandes combates, por lo cual es necesario prescindir de legitimidades y formas de gobierno, que son cosas accidentales y transitorias, y encerrarse en el terreno puramente religioso, teniendo en cuenta que primero se debe buscar el reino de Dios y su justicia, porque todo lo demás se nos dará por añadidura.

Esta hipócrita celada en que han caído no pocos espíritus sencillos cegados por el misticismo y aparente generosidad en que va envuelta, redúcese, bien examinado el asunto, a despreciar, como enojosa impedimenta para el combate, el derecho y las tradiciones de los pueblos en que se pelea. Porque la legitimidad no es sólo el título de los poderes que se fundan en una ley histórica o en una costumbre, sino el sello augusto que les imprime la conformidad con la ley divina y el derecho nacional; y creer, por lo tanto, que la legitimidad es un mero litigio dinástico que únicamente se refiere al origen del mando o que es cosa tan baladí la rectitud de su ejercicio que acciones no intencionales bastan para borrarla, o que pueda ser retirada y concedida en nombre del criterio particular por conciliábulos de periodistas y aun por multitudes unánimes, es sencillamente relegar con jansenístico respeto la potestad de la Iglesia al lugar de las cosas inútiles, y sustituirla con la razón independiente de toda norma y autoridad que no se apoye en ella misma. En suma: que es profesar el principio racionalista, más la hipocresía, para mejor defender la verdad católica que condena ambas cosas.

Añádese a esto que la forma de Gobierno, cuando es secular, como en España, y ha sido, juntamente con la Iglesia, causa de la unidad nacional, y a la vez elemento, y en parte presión del espíritu y voluntad unánime de la cadena de generaciones en que tomó cuerpo la nación, es principio esencial de la constitución interna y cosa inherente a la patria, de la cual es tradición política fundamental. Querer, pues, que se prescinda de ella para mejor defender a la Iglesia, es pedir en buenos términos que se reniegue de la patria y se rechace su constitución secular, y hasta se reniegue de la historia y de la nación, que sin la Monarquía ni se comprende ni se explica.

Pero nótese que las tradiciones, como los derechos, están unidos por el vínculo común, y que, quien conculca o viola uno, indirectamente los hiere todos. Primero caería el Trono, después el Altar, y sólo quedaría en pie el orgullo racionalista convertido en ariete de la obra de los siglos.

¡El Derecho, la Monarquía y la Tradición nacional, cosas secundarias y accidentales! ¡Y que esto lo digan gentes que presumen de purísima fe religiosa! (...)

A esta extraña aberración ha conducido en algunos el afán de sincerar su conducta desatentada con la única comunión social y política de España sometida incondicionalmente al servicio de la Iglesia. ¡Como si a la Revolución se la combatiese mejor cediéndole parte del campo y oponiendo a sus negaciones rotundas afirmaciones incompletas!

Tal es, en suma, uno de los sofismas fundamentales con que las banderías separadas de la comunión tradicionalista fingen defender a la Iglesia haciendo guerra a aquellos de sus hijos que no creen que, para defender a sus madre, necesiten renunciar a los deberes que ella inculca y a las instituciones nacidas bajo su influencia y amamantadas en su seno (...)

Juan Vázquez de MellaLa persecución religiosa y la Iglesia independiente del Estado Ateo. Obras completas, volumen quinto.

sábado, 19 de febrero de 2011

¿Carlismo y maquis? El carlismo contra el maquis



Los rojos usaron los reclamos patrióticos torticera e interesadamente.
Los campeones de la desinformación y manipulación histórica, los que se unen a los liberales para presentar una visión deformada del carlismo mereciendo --con toda justicia-- el deshonor de ser los peores enemigos del carlismo han vuelto a esparcir sus mentiras desde el diario proetarra GARA. Un tal Francisco Javier Ventura Sanjuán (sus apellidos denotan el furor del "maqueto" que desea ser aceptado por el racismo nacionalista) ha lanzado sus disparates mezclando la numantina resistencia de los guerrilleros carlistas que no depusieron las armas pese a la tregua del ejército carlista, con esa chusma stalinista que se llamó "maquis". Envenenado por la errónea interpretación marxista de la historia se empeña en una imposible identificación de unos y otros por la estracción social humilde de ambos. Una visión determinista más que matizable, pues no todos los guerrilleros carlistas pasaban penurias económicas, ni mucho menos los stalinistas del "maquis"; y en cualquier caso la motivación guerrillera de los carlistas era ante todo doctrinal: legitimista y antiliberal.

¿Quienes fueron la "Agrupación de Guerrilleros Españoles", o "maquis"?
Resulta curioso además que sea en un medio tan hostilmente antiespañol como el proetarra GARA en el que se publique un alegato en favor del "maquis". Más todavía que el autor citado, el "maqueto" Ventura eluda sistemáticamente la palabra España en su escrito, sustituyéndola al gusto de los nacionalistas por "Estado". Si por algo se caracterizó la Agrupación de Guerrilleros Españoles o "maquis" es por mantener e incluso acrecentar todo el discurso nacionalista español del que en ocasiones hizo gala el bando republicano y la facción comunista. Eran comunes durante la Cruzada los carteles de los rojos llamando a luchar contra "el invasor", haciendo un paralelismo incongruente con la guerra patriótica y antiliberal contra el invasor francés de 1808-1814, así como la exaltación patriótica --tan grande o mayor que en el bando nacional-- de los discursos de Prieto o de Miguel Hernández y en general de toda la parafernalia republicana. El mismo himno oficial republicano, el "himno de Riego" no era más que un himno nacionalista español decimonónico. En su versión oficial decía:
(...)
De nuestros acentos
el orbe se admire
y en nosotros mire
los hijos del Cid.

Soldados la patria
nos llama a la lid,
juremos por ella
vencer o morir.
(...)
Este discurso brotó en ocasiones de un elemental y natural instinto patriótico, que obviamente se proyectó sobre la patria real, la española, y no sobre las naciones imaginarias que defendían los separatistas. Pero en el fondo subyacía también la convicción ideológica del nacionalismo jacobino que defendían los republicanos y especialmente los socialistas y comunistas: el paradigma del Estado-nación (en un contexto internacionalista) frente a la Patria como Tradición. El devenir de los años, paradójicamente, hizo que socialistas y comunistas abrazasen ese mismo paradigma liberal del Estado-nación en las naciones imaginarias e hiciesen de comparsa de los separatistas frente a su anterior nacionalismo españolista sobre la Patria auténtica. Sin embargo, en los años que nos ocupan sigue muy presente ese nacionalismo español entre socialistas y comunistas y muy particularmente entre los "maquis".

Jesús Monzón, jerarca comunista navarro, al que salvó de ser detenido al inicio de la guerra el carlista Francisco Lizarza (uno más entre los cientos de casos, como el recientemente recordado de Miguel Hernández, en los que los carlistas usaron su influencia para aliviar las merecidas condenas a muchos rojos), jefe del PCE en Francia tras el final de la Cruzada, fundó la Unión Nacional Española, que fue el germen político de la Agrupación de Guerrilleros Españoles, que es como en verdad se llamó el "maquis". Sus soflamas se lanzaban desde Francia a través de la llamada Radio España Independiente. El más importante manifiesto político de dicha Unión señala:

"Invitamos pública y solemnemente a los españoles que profesan otros credos diferentes de los nuestros, y más especialmente a los católicos, a los monárquicos de las dos ramas y al ejército a participar con nosotros en la Junta Suprema de Acción Nacional que, al frente de todos los españoles, va a derribar a Franco y Falange e instaurar un gobierno de Unión Nacional y Salvación de España". Después se invitaba directamente a los Ejércitos a participar en el nuevo e ilusorio gobierno. Curiosa reivindicación de patriotismo y militarismo español en GARA.

Sin embargo pese a la grandilocuencia patriótica del discurso usado por los internacionalistas, los "maquis" muy pronto se revelaron como una verdadera chusma delincuencial y stalinista. Asesinando impunemente y expoliando los pueblos que acupaban, que fueron muy pocos por el escaso apoyo popular del que disfrutaron. El terror que impusieron fue herencia y continuación del terror rojo de la España controlada por la República, llegando incluso a martirizar a varios sacerdotes. Si algún exceso cometieron los guerrilleros carlistas, abocados por la necesidad a algún saqueo, jamás llegaron a ser tan graves como los que cometieron los maquis por sistema.

Por otro lado es significativo el llamamiento expreso que hace la Agrupación de Guerrilleros Españoles a los "católicos" y a los "monárquicos de las dos ramas". Los carlistas en los años que actúa dicha Agrupación se encuentra en frontal oposición al régimen de Franco. Hay enfrentamientos continuos en las calles contra la policía con ocasión de cualquier acto político o romería carlista. Sin duda era una coyuntura ideal para hacer un llamamiento a los carlistas. Pero los carlistas tenían muy claro que su mayor enemigo era el comunismo que traerían los "maquis" pese al apoyo que tenian de las democracias europeas y de lo moderado y patriótico de su discurso.

El Carlismo contra el "maquis".
Cuando se empezó a organizar el "maquis" el carlismo volvió a coger las armas para evitar la invasión stalinista de España. Estuvieron en unos casos siguiendo la llamada de las autoridades militares y en otros casos pese a ellas, como en las partidas de los requetés aragoneses y valencianos. Son varios los relatos de carlistas de aquella época que han contado como tenían las armas preparadas e incluso la instrucción realizada para el caso de que triunfase la invasión comunista de España. Algunos de esos carlistas estaban recién llegados de Rusia, de combatir al stalinismo en la División Española de Voluntarios. Curiosamente Stalin usó una táctica parecida a la del maquis, haciendo un llamamiento patriótico frente a los voluntarios anticomunistas e incluso invocando a la religión y permitiendo, sólo temporalmente, la reapertura de los templos ortodoxos.

En el Maestrazgo y otras zonas donde los guerrilleros carlistas históricamente pusieron en jaque a las autoridades liberales de hecho no hay movimientos de "maquis" pese a que eran el terreno ideal para la guerrilla. Y no hay movimientos de "maquis" precisamente porque eran zonas carlistas. Transcribimos finalmente, pese a la negativa valoración que nos merece alguna figurante relevante a la que alude, a don Antonio Lizarza Iribaren en "Memorias de la Conspiración 1931-1936"; Editorial Gómez de Pamplona, 1954.


En el verano de 1944, por causa de la victoria de los aliados, cambió completamente la situación de Francia, hasta entonces ocupada por los alemanes. El 6 de junio los aliados habían logrado desembarcar en Normandía. El 25 de julio rompían el frente alemán en Avranches y se desparramaban por Francia hacia Paris, que era liberado el 25 de agosto. Con está operaciones quedaba consumada la liberación de todo el sur de Francia y los rojos españoles, que tan eficazmente habían combatido a los alemanes en el Maquis, dueños de la situación.

Llenos de merecimientos por Francia, organizados militarmente, bien armados, estando los ejércitos aliados demasiado ocupados en la lucha contra la Wehrmacht, que había logrado frenarlos en la frontera germana, se presentaba a los Maquis españoles una magnifica oportunidad de irrumpir en España para provocar revoluciones y la guerra civil. había sobre todo, el peligro de que enlazaran con los centros obreros de Vizcaya y Asturias.

Inmediatamente el General Yagüe se percató del gran peligro y dio orden de crear una Jefatura Regional de Partidas para organizar un Maquis Blanco, que colaborase con el Ejército en la contención de los rojos y, si no podía evitarse su invasión, que constituyese la resistencia armada en los núcleos montañosos de Navarra. El Ejercito por su parte facilitaría el armamento correspondiente de estas guerrillas. Un alto Militar, que había eficazmente colaborado en la preparación del Alzamiento en Navarra, fue el encargado de esta tarea.

Pronto recurrió a mi. Quería fuera yo quien organizara las guerrillas, tomando como base los antiguos Jefes de Requetés y los excombatientes de los pueblos. Pero yo no acepte. Estaba cansado; ya había cumplido sobradamente mis deberes de español. Había muchos que podían hacerlo, mas jóvenes que yo y menos fatigados.

Aunque mucho me insistió mantuve mi negativa. Fue entonces cuando aquel militar recurrió a mi fibra carlista. Marchó a visitar al Conde de Rodezno, a quien expuso la peligrosa situación, lo que se proyectaba, mi negativa, etc. Rodezno me llamó a su despacho de la Vicepresidencia de la Diputación , en presencia de aquel prestigioso militar. No le fue difícil al Conde su labor de persuasión, contaba con nuestra vieja amistad, me conocía bien, supo tocar mis sentimientos de español y de carlista, y me empujó de nuevo a la empresa. Me prometió toso su apoyo, el de la Diputación traducido en libertad de movimientos, con coche a mi disposición, un motorista, etc. Sería a mediados de agosto, cuando esto ocurría.

Se dividió la provincia en cuatro zonas: Zona Norte, correspondiente, grosso modo a la parte septentrional de la Merindad de Pamplona, es decir, a la antigua Sozmerindad de Larráun, que tenía por límite sur la Sierra de Aralar. Zona de Navascuéz, que también, a grandes líneas, se identifica con la Merindad de Sangüesa. Zona de Estella, y Zona Sur (comprendiendo ésta las merindades de Olite y Tudela).

Se nombraron Jefes de estas Zonas: a D. Juan Villanueva, Capitán de Requetés, para la de Pamplona. A D. Amadeo Marco, Capitán de Requetés, Jefe de la Zona de Navascués. A D. José Ochoa, Capitán de la G.C., de la Zona de Estella, y a D. Alfredo Sotelo, Capitán entonces del Batallón de Cazadores de Muntejurra nº20 de la Zona Sur.

El problema más difícil era organizar las dos primeras Zonas, la de Pamplona y la de Navascués. Por un lado eran las que primeramente sufrirían la embestida; por la otra parte el carácter más frío de sus habitantes con cierta influencia del nacionalismo o el cansancio de la guerra del 36, eran causas que hacían temer una fría acogida a nuestros proyectos.

Me encargué por ello personalmente de la organización de estas Zonas y de nuevo comenzó mi peregrinar por las tierras navarras. D. Juan Villanueva y D Amadeo Marco me ayudaron mucho. También trabajó incansable D. Antonio Garro, que todas las tardes salía con su moto a cumplir las consignas que yo le daba.

ZONA NORTE:

Comprendía, como he dicho, la parte de la Merindad de Pamplona, al norte de la línea señalada por la Sierra de Aralar. En ella se organizaron cinco Partidas , con misiones concretas cada una. Refugio para todas sería el macizo montañoso señalado por el triangulo Leiza-Articutza-Velate.

1ª Partida: formada por 94 hombres del valle de Ulzama y 48 del de basaburúa (total 142 hombres). Su misión era controlar el Puerto de Velate.

2ª Partida: de 59 hombres, 18 de Lanz con 41 del Valle de Ezcabarte, que tendrían por tarea la vigilancia de la frontera desde el Monte Sayosa hasta la regata de Irurita.

3ª Partida: de 107 hombres en Santesteban y su comarca, y Valle de Bertizarana, para controlar la salida del valle de Baztán, en especial el nudo de carreteras de Oronoz-Mugaire.

4ª Partida: en las Cinco Villas, para cerrar los accesos de Echalar y Vera, foamada por 63 hombres.

5ª Partida: de 105 hombres: Larráun 18; Leiza 35; Areso 10; Ezcurra 13; Erasun 16; Labayen 11; Saldias 11; con la misión de los Puertos de San Milguecho, Azpiroz, Huici y Alto de Ezcurra.

Posteriormente se amplió la organización de las Partidas a la Zona sur de la Merindad de Pamplona, es decir a la llamada antiguamente Sozmerindad de la tierra de Echarri-Aranaz, que dió un contingente de hasta 442 hombres: 112 del valle de Araquil, 53 el de Ergoyena y el resto La Burunda o Barranca.

Quedó, pues lista una fuerza de 918 guerrilleros en la Merindad de Pamplona: 476 correspondientes a la zona Norte de la Merindad y 441 a la Zona Sur.

ZONA DE NAVASCUES

Jefe D. Amadeo Marco, Capitán de Requetés que había sido en el glorioso Tercio de Nuestra Señora del Camino, Medalla Militar Individual. Era esta Zona la Merindad de Sangüesa, lindando al norte con Francia, al Este con la raya de Aragón, la Línea Sangüesa-Lumbier-Monreal marcaba el Sur de esta Zona, y el valle del Ebro el Oeste. Se organizaron cuatro Partidas:

1ª Partida: con 266 hombres. Valle de Roncal 66; Salazar 140 y Comarca de Navascues 50. Tenía por objetivo la vigilancia de los pasos pirenaicos de Salazar y Roncal.

2ª Partida de Aoiz y su Región de 68 hombres: Aoiz 52; Urroz 16. Para vigilar sus pasos fronterizos.

3ª Partida de 182 hombres en los valles de Esteríbar (133 guerrilleros), y Ebro, Burguete y Aézcoa el resto. Se encargarían de controlar las salidas correspondientes de su zona.

4ª Partida de 164 hombres. Se preparó en la línea Sangüesa-Lumbier- Monreal, para cortar la comunicación de Pamplona a Jaca (Sada daría 25; Aibar 39; Cáseda 65; Lumbier 45).

Estas cuatro Partidas sumaban 690 hombres y tendrían como refugios los montes de Roncal, de Abodi, La Sierra de Navascues, las de Aláiz, Izco y Leyre.

ZONA DE ESTELLA

Jefe D José Ochoa, Capitán de la Guardia Civil. Abarcaba esta zona la comarca limitada por los valles de Echauri y Goñi, Las sierras de Urbasa y Andía, la raya con Alava y Rioja, desde Larraona en Améscoa Alta hasta San Adrián en la Orilla del Ebro, Carcar, Lerin, Larraga, Medigorria, Puente la Reina y Salinas de oro. Serian sus refugios las Sierras de Andía, Urbasa Santiago Lóquiz y Codés. Se organizaron:

1ª Partida: con cabecera en Abárzuza, comprendiendo la comarca de Echauri, Val de Goñi, Lezáun, Abarzuza Cirauqui, Mañeru y Puente la Reina.

2ª Partida: en las Améscoas y Valles de Allín que tenía por y cabecera Murieta.

3ª Partida: en los Arcos y su Comarca.

4ª Partida: en Viana con refugio en Codés y Sierra Cantabria.

5ª Partida: organizada en pequeños grupos, en la región de Alló, Lerín y Larraga.

6ª Partida: en la orilla del Ebro (San Adrián, Lodosa, Mendavía, Sartaguda).

El contenido de todas estas Unidades era actuar sobre las comunicaciones de Pamplona con Logroño y Vitoria, sobre la orilla del Ebro y sobre el nudo de comunicaciones de Logroño.

ZONA SUR

Jefe D. Alfredo Sotelo, Capitán del Ejercito. Comprendía las Merindades de Olite y Tudela. Se organizaron dos partidas:

1ª Partida: de unos 200 hombres que tendrían su refugio en las Sierras de Aláiz e Izco y en los montes de Ujué y estaba formada por gentes de Tafalla, Artajona, Berbinzana, Miranda de Arga, Ujué, Gallipienzo, Eslava, Lerga, Leoz, Orisoain, Barasoain, y pueblos comprendidos dentro de ese cinturón.

2ª Partida: de más de 200 hombres, se constituyó sobre Olite, San Martín de Unx, Peralta, Falces, Marcilla, Caparroso, Murillo, Mélida, Santacara y Carcastillo.

Aunque no tiene zona montañosa -decía un escrito de la Jefatura de Partidas- , tiene próximas las Bardenas, zona poco poblada, con pocas comunicaciones, que es un buen refugio. En último caso, su actuación podría ser en pequeños grupos para golpes de mano aislados.

La misión de estas dos Partidas era interceptar o dificultar la comunicación de Pamplona con Zaragoza. Se pensó en organizar una tercera en Tudela y pueblos de su Zona, que actuase en pequeños grupos sobre el nudo de comunicaciones de Tudela y que se refugiaría también en las Bardenas.

Toda esta organización quedó rápidamente ultimada y un gran secreto la rodeó, y muy pocos extraños supieron de ella. Nos encontramos con un magnífico espíritu en aquellos que nunca nunca bien ponderados y admirados antiguos Jefes de Requetés.

Casi todos respondieron magníficamente, y no digo todos, porque bastantes de ellos habían cumplido su juramento de fidelidad para con España dando su vida en la guerra del 36.

No hay palabras para la alabanza de estos buenos Españoles. Supieron organizar el estallido glorioso del 19 de Julio; acabada la guerra, volvieron a sus casas sin nada pedir. Cuando de nuevo se les pidió su concurso, lo dieron leales y bravos. EN ELLOS ESTA EL MEJOR ESPÍRITU DE NAVARRA. QUE DIOS LES BENDIGA POR SU GENEROSIDAD Y SU PATRIOTISMO, QUE EN LO TERRENO NO CABE RECOMPENSA.

En octubre de aquel año de 1944 comenzaron las incursiones de los Maquis. Afortunadamente no tuvieron la importancia que se había temido y tampoco tuvieron la fuerza de producir alteraciones en el interior de España. Fueron fácilmente liquidados o rechazados.

A pesar de lo prometido no se juzgo necesario armar a los guerrilleros, y el ejercito regular acabó con la pesadilla. Y así concluyo este interesante episodio, que hasta hoy permanecía inédito.

Hoy, que por primera vez sale a la luz pública, interesa rendir público homenaje a aquel magnífico espíritu con que respondieron los pueblos a la llamada.

Era la Patria y su Paz quienes peligraban y los dignos Jefes de Requetés y Requetés no faltaron a su puesto de honor. Si los Requetés y los ex-combatientes comprometidos hubiesen sido requeridos, ellos se hubieran bastado a liquidar rápidamente el peligro. Su conocimiento del terreno valía mucho y si hubiera sido necesario, ellos habrían arrastrado tras de si a toda la Juventud de Navarra y NO HUBIERA SIDO IMPOSIBLE UN NUEVO 19 DE JULIO, Y DIGO ESTO PORQUE LOS PALPE Y LO VI.

martes, 15 de febrero de 2011

El enemigo es el SISTEMA, ¡Católico!, tu opción política: el Carlismo

 Pero ¿cómo se restaura el espíritu que anima las tradiciones? ¿Cómo se restauran las creencias católicas, que eran centro del espíritu tradicional, y se las difunde por todos los miembros de nuestra sociedad, devolviendo la vida a los que están yertos o aumentando la energía de los que aun no han sucumbido, llevándolas hasta la cima del poder para que recobren en el Estado su imperio? No se puede contestar a esta pregunta sin examinar la última parte, por cierto importantísima, de la fórmula de la unión de los católicos, que se refiere al procedimiento y a la conducta para la reconquista de la tesis perdida.

Los medios legales y pacíficos, la evolución prudente, es lo que preconiza como el mejor método de restauración católica. Y a este procedimiento se le considera de tal modo importante, que, discrepar de la regla de conducta que él señala, es romper abiertamente con la fórmula de unión; por lo cual bien puede decirse que, más que procedimiento, es uno de sus principios capitales.

¿Y cuáles son los fundamentos en que se apoya? Un error de estrategia y una táctica opuesta a todas las que se han conocido en la historia de las luchas políticas y militares. El error de estrategia es precisamente, en lo que se refiere a la conducta, la causa principal del estado de la Iglesia en España y de la situación de los católicos españoles. ¿Y en qué consiste ese error de estrategia? Consiste, señores, en que estamos siempre a la defensiva y no tomamos la ofensiva nunca. Todo se reduce a parar los golpes fuertes, a resistir cuando nos atacan mucho, y mientras tanto a descansar en la inercia, esperando descuidados la nueva acometida. Aun los momentos heroicos de las luchas cruentas, a que debemos todo lo poco que conservamos, tuvieron más su origen en las agresiones de los adversarios que en las iniciativas propias. Y no hay que decir lo que ha sucedido en los largos períodos de paz material y de lucha moral. Esta es la razón, señores, de que nuestra historia contemporánea resulte una serie de treguas y de armisticios que suelen acabar en pactos que llevan aparejada una infamante servidumbre.

(...) Señores: con esta estrategia se puede hacer el recuento de todas las batallas que se han perdido, pero no es posible empezar la lista con una sola que se haya ganado (...)

¡Que se deben emplear los medios legales y pacíficos! ¿Quién lo duda? Pero ¿acaso esos medios son suficientes, no ya para restaurar la tesis católica, sino para mejorar, de un modo estable, de suerte, y poder poner en peligro al adversario? ¿Cuándo se ha hecho una revolución católica, es decir, una restauración de la verdad, dentro de la ley enemiga y contra el poder que la ha establecido y que la mantiene violando los derechos de la Iglesia? (...)

Juan Vázquez de Mella . La persecución religiosa y la Iglesia independiente del Estado Ateo. Obras completas, volumen quinto.

Los Principios no negociables: Dios, Patria y Rey. 

Demócrata-cristianos (III): debilidad e ignorancia política

 El "centro político", gran sueño del demo-cristianismo, es una ilusión que puede mantener la sombra de una realidad sólo con tal de que la derecha y la izquierda se neutralizen el uno por el otro. Cuando el radicalismo de la derecha, el nazismo, se apoderó de Alemania en 1932, el partido demo-cristiano, el famoso Zentrum votó en el parlamento alemán, Das Reichstag, en favor de su propia desaparición. Cuando el radicalismo de la izquierda estaba aterrorizando España, las masas de Gil Robles ("¡Estos son mis poderes!") abandonaron la CEDA para incorporarse al Requeté, a la Falange, o al Ejército. Como tales demo-cristianos no lucharon. Los seguidores de Luigi Sturzo, fundador del partido demo-cristiano en Italia, eran incapaces de enfrentarse ni con el marxismo, ni con el fascismo. Como veremos más tarde, hoy en día en Italia, la crisis perpetua del partido demo-cristiano se debe a que una minoría tiende a desaparecer en la derecha liberal, mientras que una mayoría se inclina hacia el socialismo.

Presumiendo de ser un "centro", el demo-cristianismo tiene que darse cuenta de que cualquier "centro" tiene sentido solamente a la luz de sus extremos.Un "centro" político, como tal, carece de personalidad propia. Es un punto medio hecho posible por una oposición dentro de un cuadro aceptado por los dos polos de la oposición; concretamente, el cuadro de la lucha de los partidos. Si aquella lucha desapareciese, también desaparecería el "centro". Por todo esto, se puede ver fácilmente que el demo-cristianismo sólo tiene futuro hasta que la oposición entre derecha e izquierda haya desaparecido. La conclusión es inevitable para cualquier hombre que desee un orden social cristiano. El demo-cristianismo puede seguir existiendo sólo con tal de que un orden cristiano no tenga existencia real, sólo con tal que el caos de las derechas y de las izquierdas siga en pie. Lógicamente, el demo-cristianismo tendrá que desaparecer o en el liberalismo derechista, rechazando así su doctrina social católica, o en el socialismo, negando su catolicismo. Si quieren mantener su énfasis sobre la justicia social, así como su fidelidad a la fe, los demo-cristianos tienen que buscar no solamente una nueva doctrina política, sino un ambiente político igualmente nuevo, un ambiente que deje atrás el círculo vicioso de la lucha de los partidos producido por el liberalismo y su propia respuesta: el marxismo. No queda otra solución. Aunque aquí no queremos detenernos en un ánalisis de este ambiente nuevo, el lector puede ver claramente que tal ambiente se identificaría con la sociedad predicada por todos los Papas, desde León XIII hasta Juan XXIII, a través de sus encíclicas sociales, la sociedad defendida y afirmada por lo que aquí en España se llama, simplemente, la Tradición o el Carlismo y lo que se llama en todo el occidente la cristiandad clásica de nuestra herencia católica.

Federeico D. WilhelmsenEl problema de occidente y los cristianos 

Demócrata-cristianos (II): ignorancia religiosa

 El demo-cristianismo (...) También rechaza la realidad del orden sobrenatural o sacramental en el orden político. Manifiesta una doble personalidad, que admitiría lo sobrenatural en lo religioso y que negaría la presencia de esto en la vida política de la comunidad. Por lo tanto, se contentan con predicar una "cristianización" de la sociedad política que no convertiría a ésta en un orden políticamente católico (...) El demo-cristianismo, entonces, niega una sacramentalización de la sociedad, su conversión en un orden públicamente cristiano y católico. Por lo tanto, rechaza el poder del hombre redimido de sacramentalizar el mundo y elevar a un nivel sobrenatural todas las cosas que Dios ha creado.

Si un padre de familia puede bendecir el pan que comen sus hijos y así levantarlo a un orden nuevo; si un obrero puede ofrecer a Dios su trabajo diario y así hace que aquel trabajo participe en el misterio de la redención, también puede hacerlo el hombre en cuanto a sus instituciones políticas. Aunque los demo-cristianos no lo admitirían, su doctrina corresponde a la luterana, en cuanto a la gracia. Como ya hemos visto, Lutero negó que la gracia pudiera transformar la naturaleza humana. Según él, la gracia funciona como una capa que cubre los pecados del hombre. Ahora bien: los demo-cristianos predican una política capaz de ser cubierta por la fe de los hombres y capaz de ser dirigida por cristianos, pero no capaz de ser transfigurada y, por lo tanto, sacramentalizada. Las instituciones pueden cristianizarse, pero nunca pueden ser cristianas. Sugerimos que esta doctrina sea una contradicción y aun una contradicción ridícula y casí cómoda. ¡Es una contradicción porque una institución cristianizada ya ha llegado a ser cristiana! ¡Es una contradicción ridícula porque supone que un hombre pueda fingir que una institución cristiana no lo sea! ¡Es una comedia porque exige que el hombre no vea lo que ya ha visto, sin negar que lo que ha visto lo ha visto de verdad!

Aquí yace una clave enorme para entender la diferencia entre el demo-cristianismo y la tradición occidental cristiana. Para aquél, la Encarnación se aplica solamente a los hombres y nunca a sus instituciones, como si la estructura humana pudiera arrancarse de las relaciones sociales que le pertenecen íntegramente. Aquí tropezamos con una teología muy defectuosa de la Encarnación: una falta de verla en toda la grandeza de su marcha a través de la historia. La Encarnación- según San Pablo y toda la tradición católica- se aplica a toda la creación y esto incluye a la comunidad política también. Todas las cosas encuentran y participan en la Redención de Nuestro Señor. De una manera análoga, esta doctrina religiosa emparenta con la estructura psicológica del hombre que busca, como ya hemos dicho, una unión, una síntesis de toda la realidad, de todo lo que entra dentro del ritmo de la existencia humana. En conclusión, el demo-cristianismo, simplemente, no encaja dentro de lo que conocemos del hombre cristiano. Nunca diríamos que los demo-cristianos son herejes; tal juicio pertenece solamente a la Iglesia, y la caridad cristiana prohibe que una voz no autorizada acuse a otro católico de ser un hereje. Pero lo que sí decimos es que los demo-cristianos tienen una visión muy restringida y tímida de la economía de la Redención. Son hombres que, simplemente, no han experimentado interiormente la belleza y la gloria de nuestra herencia católica en cuanto al orden político-social. Son pusilánimes.

Federico D. WilhelmsenEl problema de occidente y los cristianos 

Lo que no saben los demócrata-cristianos (I): ignorancia histórica

 (...) Quieren curar las heridas que debilitan nuestra civilización, pero no pueden hacer viable su deseo porque el demo-cristianismo no es ni más ni menos que un acto de ignorancia histórica. La verdad es, simplemente, que los demo-cristianos no saben lo que ha ocurrido en Europa y, sobre todo, aquí en España durante el útlimo siglo y medio. No saben que el liberalismo nació como un levantamiento de los ricos contra los pobres . No saben que el liberalismo echó raíces en España a costa de un mar de sangre y gracias a las ballonetas y el dinero de potencias extranjeras. No saben que el masón de Mendizábal, con su famosa ley de desamortización, literalmente robó a la Iglesia sus bienes , y así defraudó al pueblo español de lo que desde entonces se conocía como "el patrimonio de los pobres". No saben que se hizo este robo sin consultar al pueblo, que había donado tesoros y tierras de un valor inmenso durante siglos de piedad católica, a la Iglesia; un caudal administrado por la misma Iglesia en beneficio de toda la patria. La venta forzada de las tierras de la Iglesia creó una nueva clase, cuya existencia dependía de la perpetuación de este latrocinio enorme. Una sociedad de nuevos ricos se levantó por encima del cuerpo de España para apoderarse de su destino tan trágico como angustiado. Tampoco saben los demo-cristianos de hoy que esta misma clase despojó a las provincias de sus antiguas constituciones y suprimió las cortes, reduciendo así todo lo que no era Madrid a la esclavitud. Las provincias se marchitaron y se redujeron a unas entidades administrativas, mudas y sin personalidad propia. Ignoran nuestros hermanos, los demo-cristianos, que el liberalismo ni siquiera respetó la universidad, cuya antigua libertad se convirtió en una burocracia más y cuyos catedráticos se redujeron a funcionarios del Estado. No saben que esta misma clase de ricos liberales suprimieron los gremios y así despojaron a los obreros no solamente de todo instrumento de defensa de sus intereses y derechos, sino también de su dignidad personal. Tampoco saben los demo-cristianos que el sistema de partidos fue una máscara detrás de la cual trabajaba un puñado de hombres en la sombra para hacerse dueños de España. No saben que la dinastía de Isabel II, cuyo heredero hoy en día es Don Juan de Borbón, era nada más que un títere, una fila de cifras coronadas, adoradas e incensadas. También ignoran que los levantamientos carlistas tuvieron , como su bandera, las libertades y la religión del pueblo español.

El demo-cristianismo predica la justicia social, y todo el mundo debe aplaudir y ayudar en esta tarea tan noble; pero esta justicia social no puede realizarse a través del mismo mundo y el mismo sistema político y social que la aplastó el siglo pasado y que hizo posible las reacciones socialistas y marxistas (...) Así, el demo-cristianismo contiene dentro de su seno las semillas de su propia destrucción. Por haber aceptado el Estado centralizado establecido por el liberalismo y por haber entrado con gusto en el juego político de los partidos que hacen las veces de una sociedad estructuralmente cristiana...

Federico D. WilhelmsenEl problema de occidente y los cristianos .

viernes, 11 de febrero de 2011

Así se cambian las cosas

No lo que se pretendía cambiar, sino los que pretendían cambiarlo, entiéndase.

Estos suelen ser los pasos habituales en la evolución de la autodescripción de personas, partidos políticos y medios de comunicación, cuando la "estrategia", la visibilidad y el juntar mucha gente se vuelve más importante que cambiar lo que se quería cambiar o hacer lo que se quería hacer:

Casilla de salida: Católico (y ya está; sin aditivos, colorantes ni conservantes).

1º: Católico, y lo digo sin complejos (Excusatio non petita, mal empezamos).

2º (pasado un tiempo): "De inspiración cristiana" (y espiración tirando a modosita).

3º- "Huyendo de los radicalismos" (de pronto, el "catolicismo sin complejos" de hace dos días es rebautizado como "radicalismo").

4º- "De derechas, pero sin complejos" (orgullosos de serlo, "la nueva derecha", "la refundación de la derecha", "la buena gente destepaís", etc.). Nótese la recurrente obsesión por los complejos que uno no tiene.

5º- "Liberal-conservador" o también "Derecha moderna y europea" (aunando voluntades, tendiendo puentes, lo importante es sumar, etc).

6º- "Moderado y centrado" (crear una mayoría suficiente y tal).

7º- "En este partido cabe todo el mundo" (excepto los de la casilla de salida, claro; los del punto 1 caben siempre y cuando no digan que nos votan, y los del punto 2 vienen muy bien para la foto).

Apuesto a que son capaces de identificar personas, partidos, asociaciones y medios de comunicación en casi todos los estadios de evolución de esa especie denominada "católicos en la vida pública".