Juan Donoso Cortés es actual. Su pensamiento no se contenta con la superficialidad. La revolución industrial había traído consigo el proletariado, una clase explotada por la burguesía. Se nos ha explicado siempre el origen del socialismo como consecuencia lógica de las extremas condiciones en que los obreros trabajaban, para obtener un misérrimo jornal. Así, el socialismo adquiere carta de naturaleza, presentándosenos como una causa que, revestida de prestigio, es la "justa" reivindicación de la clase obrera. Pero Donoso Cortés cala asombrosamente sobre la costra demagógica del discurso pseudohistórico, y así es -con mirada de eternidades- como penetra cual inmisericorde taladro en la superficie del fenómeno sociohistórico. El socialismo no es una doctrina social, tampoco es "científico" como quiso apellidarse con Marx y Engels... El socialismo, el comunismo es el producto derivado de un error teológico: el panteísmo. Con gravísimas consecuencias para la humanidad. El siguiente texto es elocuente, fue escrito en 1852, con un indudable don de profecía... Durante el siglo XX... Rusia, China y tantos otros países harían la amarga experiencia que nos avanza a mediados del siglo XIX el gran extremeño:
"Por lo que hace al comunismo, me parece evidente su procedencia de las herejías panteístas y de todas las otras con ellas emparentadas. Cuando todo es Dios y Dios es todo, Dios es sobre todo, democracia y muchedumbre; los individuos, átomos divinos y nada más, salen del todo, que perpetuamente los engendra, para volver al todo, que perpetuamente los absorve. En este sistema, lo que no es el todo no es Dios, aunque participe de la divinidad; y lo que no es Dios, no es nada, porque nada hay fuera de Dios, que es todo. De aquí ese soberbio desprecio de los comunistas por el hombre y esa negación insolente de la libertad humana. De aquí esas aspiraciones inmensas a una dominación universal por medio de la futura demagogia, que ha de extenderse por todos los continentes, y ha de tocar a los últimos confines de la tierra. De aquí esa furia insensata con que se propone confundir y triturar todas las familias, todas las clases, todos los pueblos, todas las razas de las gentes en el gran mortero de sus trituraciones."
El socialismo es ateísta. No se conforma con hacer lo que habían hecho previamente los protestantes (reducir a Dios al ámbito privado). El socialismo niega a Dios. ¿Qué se deriva de esa negación? Así nos lo expone Juan Donoso Cortés:
"Lo estupendo y monstruoso de todos estos errores sociales proviene de lo estupendo de los errores religiosos en que tienen su explicación y su origen. Los socialistas no se contentan con relegar a Dios en el cielo, sino que, pasando más allá, hacen profesión pública de ateísmo y le niegan en todas partes. Supuesta la negación de Dios, fuente y origen de toda autoridad, la lógica exige la negación de la autoridad misma con una negación absoluta; la negación de la paternidad universal lleva consigo la negación de la paternidad doméstica; la negación de la autoridad religiosa lleva consigo la negación de la autoridad política. Cuando el hombre se queda sin Dios, luego al punto el súbdito se queda sin rey y el hijo se queda sin padre".
Carta de Juan Donoso Cortés al Cardenal Fornari, 19 de junio de 1852.
La consecuencia es la pérdida de la imagen del Padre, y con esa pérdida... La pérdida de la autoridad en todos los ámbitos (desde el doméstico hasta el escolar; buena prueba la estamos viviendo en nuestra época). Pero, la falta de la autoridad se torna autoritarismo, autoritarismo de un Estado -el socialista- que se inmiscuye en la vida de todos sus "ciudadanos", aprovechándose de que estos se han quedado sin Dios Padre, sin Rey y sin padre. Es la férula del Regente de un Orfanato, como el de "Olivert Twist" de Charles Dickens... Una profunda metáfora se encubre en esa novela realista, no nos quepa duda.
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