El pasado 20 de abril se celebraba la L Reunión de Amigos de
Ciudad Católica. Lejos queda aquel 1961, en el que, por estas mismas fechas,
22-23 del mismo mes, un grupo de amigos, que habían decidido impulsar y editar
la revista Verbo, se dieron cita en el Monasterio de Santa María del Paular. El
evento contó con la inestimable presencia de Jean Ousset, el director de La
Cité Catholique; quien explicó como la organización por él fundada se proponía suscitar, aclarar y
animar todo aquello que pudiera servir a promover un renacimiento católico en
el orden temporal; aclarando que no pretendía ser un partido político. Tampoco
ser la “voz” de la Iglesia, sino su “eco”. Ahora, la labor continúa. Han sido
50 años al servicio de la formación cívica y cultural según el Derecho Natural
y Cristiano.
En esta ocasión el
tema de la convocatoria giró en torno a la Tecnocracia y Democracias. El
profesor John Rao (Universidad San Juan, Nueva York) debía a ser el primero en
hablar, pero debió excusar su inasistencia. Su ponencia (La democracia
representativa génesis y desarrollo) fue leída por Juan Cayón, que también fue
el encargado de realizar la apertura del seminario. La misma se centraba en la
figura de Luigi Prospero Taparelli
d’Azeglio y su obra Ensayo teórico del Derecho Natural apoyado en los hechos
(1840). Para éste no había contraposición entre “democracia” y “monarquía
hereditaria”, al menos en su espíritu y en la práctica, dado que la obligación
del monarca es descubrir y atender los
deseos populares auténticos. Lo que él contraponía a la monarquía era un
gobierno que basase su derecho especifico de mandar sobre la voluntad de
algunos o todos los gobernados.
El segundo en tomar la palabra fue Felipe Widow (Universidad
Católica de Santiago de Chile), quien fue presentado por José Miguel Gambra. En
su exposición (La democracia deliberativa: de las instituciones al consenso)
defendió la tesis de que en la llamada democracia deliberativa se reúnen una
serie de teorías de la democracia con grandes diferencias entre sí, dado que
todas ellas encuentran, al menos tres notas características: la crítica de la
democracia liberal; la refundación de la estructuras políticas; y la
constitución de la deliberación pública como el eje sobre el que debe
realizarse aquella refundación.
La última exposición de la mañana corrió a cargo de Dalmacio
Negro, quien a su vez fue presentado por Andrés Gambra. Su exposición (La democracia
partitocratica: problemas ideológicos e
institucionales), y sin desmerecer las otras exposiciones, constituyó una
autentica clase magistral, en la que
partiendo de la diferencia entre formas de gobierno y de régimen político, y
tras hablar de la legitimidad como fuente de la autoridad, desembocó en el tema
en cuestión. Las democracias contemporáneas necesitan para legitimarse de la
participación, pero esta es tan solo uno de los mitos que favorece a la
oligarquía partidista, reduciéndola a la mera emisión del voto.
Tras un breve receso, en el que los expositores y el público
asistente pudieron intercambiar ideas y opiniones de forma más relajada y
amigable, comenzaron las conferencias de
la tarde. El primero en tomar la palabra fue Danilo Castellano (Universidad de Udine). Su ponencia (La
democracia “corporativa”) podría llamar a la confusión al pensar que el autor
pretendía abordar el “Estado Nuevo” del fascismo mussoliniano o
salazarista. Pero su objetivo era
abordar las transformaciones de la democracia en la postmodernidad, centrándose
en tres aspectos: 1º) La democracia “corporativa” de la doctrina politológica,
que ha ido modelando los Estados de la democracia occidental; 2º) El
“Corporativismo” nominalista on-line, como el nuevo agora virtual, imbuido de
un cierto nihilismo político; y 3º) La doctrina politológica del Estado ha
marcado el paso del bien moral al bien común, entendiendo este como riqueza
material.
El siguiente en tomar la palabra fue el profesor Miguel
Ayuso, que lo hizo con una sugerente y provocadora ponencia sobre la
Tecnocracia como forma de gobierno. Para ello tomo como punto de partida un
viejo libro de Vallet de Goytisolo: Ideología, praxis y mito de la
tecnocracia (1971). Se suele presentar
la tecnocracia como la ausencia de ideologías, no obstante uno de sus máximos
exponentes en España, Gonzalo Fernández de la Mora, profetizó también el
Crepúsculo de las mismas. Pese a ello el
profesor Ayuso centro sus esfuerzos en demostrar, que pese a todo, la
tecnocracia no es sino una manifestación ideológica más del siglo XX, vigente
bajo otras denominaciones en los primeros años del presente.
El último en tomar la palabra fue Bernard Dumont, el
director de la prestigiosa revista Catholica. Su exposición (La Iglesia y las
democracias) giro entorno a visión crítica de la democracia liberal en los documentos pontificios, mención
especial la realizada a León XIII, y las
transformaciones a partir del Concilio Vaticano II.
Tras algunas breves intervenciones y preguntas del público
asistente, la reunión se levantó con unas breves palabras de Miguel Ayuso. Los
organizadores ya están trabajando y definiendo los temas a tratar en la próxima convocatoria.
José Díaz Nieva | Siempre P´alante