El libro fue escrito con motivo de los 175 años del Carlismo, para el congreso "Una revisión de la tradición política hispánica" . Está dedicado a Su Alteza Real Don Sixto Enrique de Borbón:
A Su Alteza Real
Don Sixto Enrique de Borbón
Infante de España, Príncipe de Parma, Duque de Aranjuez
Abanderado de la Tradición
y
A la Comunión Tradicionalista
para servir a su grandeza,
a su fuerza y a su destino
OFENSIVA TRASCENDENTE DEL CARLISMO
Porque el carlismo sale de las rocas divinas
como una Jerusalén en un solo relámpago
de pétreas doraciones e imperantes clarines
y las contemplaciones sempiternas inspiran
al ejército espejo de las tropas celestes;
porque los Boinas Rojas son los ecos sedientos
del abra de la ira de la viva memoria
y sus pasos arrastran las eternas miradas
y sus ojos avanzan como lluvia de estrellas
sobre el campo de honor desde el fuego celeste;
porque los Boinas Rojas son las lenguas de fuego
que eternamente esperan su venida pluviosa
para elevar las aguas a reflejos del cielo
y amar las ofensivas que iluminan España
con olas similares a las del mar celeste;
porque el Carlismo viene con la tormenta eterna
del gran legitimismo que une el cielo a la tierra
y sus filas ya llegan como llegan los rayos
antes que los rumores se escuchen de los truenos
y se rocíe España de la lluvia celeste;
porque el carlista ungido es soldado de Cristo
y el rosario rezado lo lleva de la mano
por Tercio intransigente de gigantes arcángeles
y la Hostia cantada lo llena de los cielos
y desde ya lo encuentras en el cuartel celeste;
porque los Boinas Rojas van y vienen del cielo,
atendiendo a los Kyries como a una trinchera
o dando cincuenta fuegos en sus cuentas de plomo,
y la tierra y el cielo, y la muerte y la vida
sólo son campamentos de su guerra celeste;
porque el Carlista bebe del cáliz más sereno
asumiendo en su alma lo más áureo del tiempo
por ello es un castillo de ascendiente esperanza
y un león elanzado, y un fruto generoso,
y tres orantes lirios, y un corazón celeste;
porque el Carlismo mira como águila bicéfala
con dos ojos en guerra sobre la faz terrestre
y dos ojos brillando de adorar a la gloria,
y vuela por España, con su guerra y su cielo,
con la espada de acero, con el globo celeste;
porque el Carlismo encumbra la bandera ardorosa
en que dos rayos rojos entrecruzan sus ramos
desde el cielo a la tierra y de la tierra al cielo
culminando la Historia con el rayo esperado
que llena los milenios de alegría celeste.
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