The Centre for Social Justice, un think tank nacido en el seno del Partido Conservador británico, ha asido la bandera de la defensa de la familia como un remedio eficaz para combatir diversos problemas sociales como la pobreza o la conflictividad social. Ahora acaba de publicar el informe Every Family Matters, en el que solicita reformas legales para promover el matrimonio y la estabilidad familiar.
Every Family Matters es el tercero de una serie de informes sobre la familia elaborado por The Centre for Social Justice. La idea básica que defienden estas investigaciones, impulsadas por el antiguo líder conservador Iain Duncan Smith, es que el aumento de las rupturas familiares está destruyendo la sociedad británica.
El primer informe, titulado Breakdown Britain (diciembre 2006), mostraba los perjudiciales efectos de la crisis familiar y, por consiguiente, los beneficios de la estabilidad conyugal y la necesidad de privilegiarla fiscalmente (ver “Política familiar: el coste de no prevenir”, Aceprensa 27-12-2006).
El segundo, Breakthrough Britain (julio 2007), recogía numerosas propuestas para apoyar a las familias fundadas en el matrimonio. A juicio de los autores, las relaciones comprometidas son esenciales para luchar contra las “cinco vías hacia la pobreza”: ruptura familiar, fracaso escolar, endeudamiento, dependencia de los subsidios y adicción al alcohol y a las drogas.
Esta investigación concluía también que la inestabilidad familiar -un fenómeno alarmante en Gran Bretaña- se había difundido principalmente por tres razones: el aumento de las tasas de divorcio, el descenso de la nupcialidad y la aceptación creciente de la cohabitación. Los autores proponían reformar -con 190 medidas- el caduco sistema de protección a la familia.
El matrimonio, superior a la cohabitación
Tras comprobar que el Parlamento británico ha hecho caso omiso a estas recomendaciones, The Centre for Social Justice ha vuelto a la carga con un nuevo informe repleto de estadísticas y propuestas concretas.
Every Family Matters (julio 2009) recoge la idea de que el aumento de rupturas familiares -el más pronunciado de Europa- no cesará hasta que no se fortalezca el matrimonio. Con ello, los conservadores pretenden desincentivar otras formas de convivencia como las uniones de hecho.
Los datos del informe muestran la caída del número de matrimonios: frente a las 480.000 personas que eligieron casarse a principios de los años 70 del siglo pasado, en 2007 sólo lo hicieron 270.000. Mientras tanto, el fenómeno de la cohabitación va en aumento: en los últimos diez años, el porcentaje de parejas de hecho pasó del 9% al 14%.
Los autores del informe no se oponen a la cohabitación por motivos ideológicos, sino por razones de salud social. Frente a quienes consideran que las diferencias entre las parejas de hecho y los matrimonios son puramente formales, Every Family Matters muestra las distintas consecuencias sociales que se siguen de ambas realidades.
Según los estudios que manejan, las uniones de hecho son dos veces menos estables que los matrimonios. Las diferencias son todavía más marcadas cuando hay hijos de por medio: como media, la mitad de las parejas de hecho se rompen antes de que el hijo cumpla 5 años; en ese tiempo, sólo 1 de cada 12 matrimonios se ha roto.
La sociedad británica cada vez es más consciente de estas implicaciones. De acuerdo con dos encuestas realizadas por YouGov, el 84% de los británicos considera que es importante que las leyes protejan el matrimonio. Y casi el 60% piensa que las leyes deberían fomentar el matrimonio antes que otras estructuras familiares como la cohabitación.
Otros datos relevantes son los relativos a las rupturas familiares. El 15% de los recién nacidos no tiene un padre biológico que viva en el hogar (un dato que, según las previsiones del informe, empeorará en los próximos años). Cerca del 7% de los niños nace sin un padre registrado en la partida de nacimiento. Y la tasa de divorcios, pese a que se está estabilizando, permanece alta: en 2007 hubo 129.000 rupturas.
De nuevo, la preocupación por estos datos no responde a motivaciones partidistas sino a las implicaciones que tienen en la vida familiar y social. Según el informe, los hijos de familias monoparentales -en su mayoría, el padre es el ausente- tienen el 75% más de probabilidad de fracasar en la escuela; el 70% más de ser adictos a las drogas; el 50% de acabar enganchado al alcohol; el 40% más de riesgo de endeudamiento; y el 35% más de terminar dependiendo de los subsidios.
A la vista de estos datos, el informe concluye que lo más razonable para lanzar una política familiar es aparcar la retórica izquierda-derecha y preguntarse: “¿Qué es lo que funciona?” “El Parlamento debería reconocer que los matrimonios sanos construyen familias sanas, y que las familias sanas construyen una sociedad sana”.
El broche de oro de Every Family Matters lo pone una batería de medidas orientadas a fortalecer el matrimonio y la estabilidad familiar. Entre otras cosas, el informe recomienda: un apoyo más efectivo por parte de las comunidades a las familias; implantar cursos pre-matrimoniales que preparen mejor a los futuros esposos; fomentar la conciliación familiar para los matrimonios en crisis, rebajar la equiparación entre las parejas de hecho y el matrimonio, etc.
Juan Messeguer Velasco | Aceprensa
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